Elecciones

Si dos más dos fuese igual a cuatro en política


por Guillermo Cabral.

Se suele decir en ocasiones que “dos más dos no es cuatro en política”. Puede ser cierto, pero cuando no es cuatro probablemente sea tres o cinco y no cero o diez. A continuación, presento algunos datos históricos de las elecciones que creo pueden decirnos algo para las elecciones del 2018.

El primer dato que me parece importante analizar es el porcentaje que obtuvieron la ANR+UNACE en las últimas elecciones:

Figura 1: Resultados para ANR+UNACE, Presidente y Senadores

Imagen 1
Fuente: TSJE

Presento a los dos partidos unidos porque fueron uno solo en 1998 y desde la muerte de Lino Oviedo en el 2013, gran parte del UNACE volvió a la ANR. Algunos datos importantes que podemos extraer de este gráfico:

  1. De 1998 a 2008 ANR+UNACE superó el 50%, lo que los hacía invencible unidos. En el 2013 ambos sumaron poco menos de 47%. Esto es importante porque hasta el 2008 era imposible que la oposición pudiera ganar a la ANR y al UNACE juntos. En el 2013 era posible, pero muy difícil.
  2. Estos datos contradicen la afirmación de que “Lugo ganó con votos colorados”. En el 2008 ANR+UNACE tuvo más votos que cinco años atrás. Es cierto que la ANR tuvo su peor elección histórica, pero los votos parecen haber ido a Oviedo y no a Lugo. La división de fuerzas entre ANR y UNACE fue muy grande, poco más de 30% para la ANR y casi 22% para UNACE. Lugo ganó con poco menos del 41%. En el 2013, si Oviedo no hubiese muerto, el 37% que alcanzó Alegre podían haber sido suficientes para ganar.
  3. Hay una tendencia clara a la baja. Para presidente el caudal electoral fue de 53.75% en 1998 y de 46.63% en el 2013. Para senadores de 49.32% en 1998 y 39.71% en el 2013.

No hay que pensar que esto indique que la ANR la tiene casi imposible en el 2018 ante una oposición unida. Veamos por ejemplo los datos de las elecciones de 2013. Cartes obtuvo el 45.83%, Alegre 36.92%, blancos y nulos 5.47%, otros 11.79% (Mario Ferreiro, Aníbal Carrillo, Miguel Carrizosa, UNACE y otros). La diferencia a favor de Cartes fue de 214.718 votos y los otros candidatos tuvieron 284.114 votos. En una hipotética segunda vuelta, Alegre hubiese necesitado que todos los que votaron por otros candidatos hubiesen ido a votar en la segunda vuelta y, además, que por lo menos el 88% de ellos votaran por él. Muy difícil, particularmente creo que Alegre hubiese perdido en una segunda vuelta contra Cartes.

La tendencia parece ser muy importante para las chances de la Alianza. Si la tendencia continúa, las chances de la alianza aumentan considerablemente. Nótese que el mayor descenso se da del 2008 al 2013 (más de 5% para Presidente y Senadores). ¿Qué pasó? Dos acontecimientos: murió Lino Oviedo y la vigencia de la ley de inscripción automática al registro cívico permanente para quienes cumplían 18 años a partir de enero del 2012.

La muerte de Lino Oviedo redujo enormemente el caudal electoral de UNACE. Muchos volvieron a la ANR, pero exactamente cuántos no sabemos. Probablemente algunos fueron a otros partidos o decidieron no participar. Si esta es la causa principal de la disminución de 2008 a 2013, la ANR no debería esperar una nueva disminución tan grande en el 2018.

La inscripción automática aumentó de forma exponencial la cantidad de jóvenes de 18 a 24 años en el padrón.  Este grupo representaba el 8.74% del padrón en el 2003 y 6.16% en el 2018. Pasó a 17.40% en el 2013. Hay un mito que dice: “los jóvenes no votan”. No es cierto. El TSJE tiene datos de participación electoral por sexo y edad, así que podemos ver la participación de cada grupo de edad en las últimas tres elecciones. En el 2003, cuando la participación general fue de 64.29%, el grupo de 18 a 24 años participó mucho más, el 79.48% de ellos votó (nunca en las últimas tres elecciones algún grupo de edad tuvo una participación tan alta. El porqué de esta participación no sé, ¿quizá fue por Fadul?), en el 2008 fue de 62.05% contra 65.48% de la general y en el 2013 de 62.99% contra 68.52% en general. Lo que sí es cierto es que es el grupo más volátil, pueden votar más o menos del promedio y por bastante margen, ningún otro grupo etario tiene ese patrón. Su peso final (depende tanto del peso en el padrón como de la participación) fue de 11.16% en el 2013, 5.85% en el 2008 y 15.99% en el 2013.

¿Cómo votan los jóvenes? No tenemos ese dato, ni siquiera tenemos datos de boca de urna por edad. Pero sí podemos hacer alguna estimación estadística. Por ejemplo, la correlación del peso de los jóvenes con los votos para ANR+UNACE es negativa, es decir, cuanto mayor peso tienen los jóvenes en cierto colegio electoral, a ANR+UNACE le suele ir peor, tanto en senadores como presidente.

Los jóvenes de 18 a 24, que tuvieron un peso en el padrón de 17.4% en el 2013, en el 2018 representan el 20.86% del padrón. Si la participación se mantiene igual a la del 2013, este grupo tendrá un peso final de 19.22% (contra 15.99% de cinco años atrás). Con una participación como la del 2003 (no lo veo muy probable) su participación final alcanzaría el 25.7%. En cualquier escenario, los jóvenes tendrán más peso que antes. Si ellos son más propensos a votar a la Alianza, esto no es bueno para ANR+UNACE ya que la tendencia a la baja de los votos que obtienen continuaría.

Finalmente, un último dato que puede dar un poco de más de información es la cantidad de votos que obtiene el candidato de la ANR comparado con el voto total que hubo en la interna de la ANR.

Figura 2: Votos para presidente ANR sobre voto total de internas ANR

Imagen 2
Fuente: TSJE y ANR

El candidato de la ANR obtuvo 40.7% más que el total de votos de la interna en 1998. En el 2003, 1.59% menos, en el 2008, 29.49% menos y en el 2013, 20.81% más. Hay que destacar que el alto número de 1998 se debe en parte a que la participación en las elecciones generales fue muy alta, de más del 80% cuando en las siguientes estuvo entre 64% y 68%.

Los malos datos del 2003 y 2008 probablemente se deben al UNACE; colorados que votaron en las internas decidieron no hacerlo por el candidato del partido en las generales y probablemente lo hicieron por el candidato del UNACE (especialmente en el 2008).

En el 2013 Cartes obtuvo 20.81%. ¿Cuántos necesita Mario Abdo para ganar? Con misma participación del 2013, mismo porcentaje de blancos y nulos y asumiendo un 1% para otros candidatos (sí, hay ocho más además de Abdo y Alegre), Abdo necesita por lo menos un 22%. O sea, debe ser más atractivo que Cartes en el 2013 para no-colorados.

El hecho de que esta elección sea parecida a un ballotage hace que Mario Abdo pueda sobrepasar el 20.81% de Cartes (por ejemplo, si Mario Ferreiro no hubiese sido candidato en el 2013, algunos de sus votantes hubiesen votado a Cartes, aumentado el porcentaje de 20.81%). Pero también hay otros factores que podrían jugar en contra con los no-colorados. Cartes en el 2013 es probable que haya sido más popular que Mario Abdo en el 2018. Además, Cartes tenía un discurso que explícitamente invitaba a no-colorados, mientras Mario Abdo tiene un discurso que apunta mayormente a la ANR. Errores no forzados de Mario Abdo, como el comentario sobre las madres solteras, pueden dañar a su candidatura, entre otros factores.

En resumen, la ANR tiene un piso alto pero que va a la baja con el tiempo. Si Mario Abdo repitiese el éxito de Cartes con los no-colorados, estaría muy cerca de ganar, pero por muy poco. Necesita más para asegurar una victoria. Los jóvenes de 18 a 24 años tienen un peso cada vez más importante en el total de votos. Si el discurso del Servicio Militar Obligatorio y la negativa al debate en la UNA entusiasman a los jóvenes en contra de Mario Abdo, sus chances disminuyen de manera importante.

Por todo esto, creo que las elecciones del 2018 van a resultar en una diferencia muy pequeña entre uno y otro candidato. Factores normalmente no tan determinantes como la participación de los jóvenes pueden marcar la diferencia.

 

Foto de portada:

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