Educación

No se puede enseñar educación sexual sin perspectiva de género


*por Jazmín Duarte Sckell

En el pasado mes de marzo se desató una polémica por la decisión del Ministro de Educación y Ciencia, Eduardo Petta, de prohibir la utilización de la Guía para Docentes sobre Educación Integral de la Sexualidad. Aunque la organización autora de la guía desmintió las razones argüidas por el MEC, en el fondo de esta prohibición está el rechazo a la utilización de la perspectiva de género en la educación. El género es una herramienta que permite analizar los aspectos culturales y sociales de nuestra sexualidad y en este artículo reflexionaré brevemente sobre la insustituible necesidad de esta perspectiva para la educación sexual.

En primer lugar, la perspectiva de género busca evidenciar la desigualdad machista y la busca eliminar. Ocurre que como seres humanos aprendemos a relacionarnos con otras personas, tanto del sexo opuesto como del mismo sexo, a través de las normas sociales de nuestro entorno. Cuando estas normas sociales están construidas desde la desigualdad, entonces se desarrollan relaciones violentas. Resultado de esta situación es, por ejemplo, el hecho que sólo en el 2018 fueron asesinadas 58 mujeres por sus parejas o familiares. Para cambiar esta realidad se necesita educación con perspectiva de género. La discusión abierta con jóvenes sobre los roles de género permitiría construir relaciones más igualitarias, hombres más sensibles y respetuosos, así como mujeres más fuertes como para no aceptar una relación violenta.

En segundo lugar, la educación con una perspectiva de género puede prevenir abusos sexuales. Los abusos sexuales que ocurren en nuestro país resultan de la creencia de que el hombre es un ser que no puede contenerse sexualmente y que debe ejercer su sexualidad, aunque esto implique someter a otra persona. El año pasado fueron abusados siete niños o adolescentes por día y hasta hoy dos niñas de entre 10 a 14 años están pariendo diariamente. La educación sexual con perspectiva de género permitiría no solo dar herramientas a los niños y niñas para detectar posibles situaciones de abuso, sino que también educaría a futuros adultos a respetar los cuerpos de los demás.

“La discusión abierta con jóvenes sobre los roles de género permitiría construir relaciones más igualitarias, hombres más sensibles y respetuosos, así como mujeres más fuertes como para no aceptar una relación violenta”

En tercer lugar, la perspectiva de género visibiliza y respeta a la pluralidad de personas de todo tipo de orientación e identidad sexual. En Paraguay existen gays, lesbianas y transexuales y no se puede negar su existencia porque tengamos prejuicios contra ellxs. Nadie elige nacer con determinada orientación sexual o identidad sexual, pero así como todo ser humano, las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y de orientaciones no binarias tienen derecho a poder vivir sus vidas. Materiales educativos con perspectiva de género, lejos de convertir en transexuales u homosexuales a sus lectores, si permiten que las personas de orientaciones e identidades sexuales diversas puedan sentirse respetadxs para tener mayores oportunidades de desarrollo profesional y social.

Mucho de cómo nos comportamos como hombres y mujeres se construye desde nuestra cultura, y eso es parte de la sexualidad. Observamos una serie de situaciones de desigualdad que el sistema educativo público debe abordar. Solo con una perspectiva de género se pueden comprender y superar formas negativas de las normas culturales de la sexualidad, como el machismo y la violencia. En esencia, la perspectiva de género posibilita una mirada integral de la sexualidad porque nos invita a repensar lo social y cultural desde la igualdad.

Imagen de portada: http://www.cpel.uba.ar/index.php/100-informacion-institucional/relaciones-con-la-comunidad/553-jornada-integral-de-generos-y-educacion-sexual

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