Partidos Políticos

El problema de tener líderes como Paraguayo Cubas y Kattya González


por  Shirley Gómez Valdez

De un tiempo a esta parte, nuestra realidad nacional se vio invadida más que nunca por figuras políticas que podríamos decir son “polémicas”. Este es el caso de Paraguayo Cubas y Kattya González, quienes supieron captar la atención de la ciudadanía instalando un discurso moralista en el debate político  y que incluso llevó a todos a debatir más sobre “las formas” que utilizan estas personas que lo que realmente de fondo representan.

¿Qué tienen en común una figura que defeca en el despacho de un juez y otra que graba videos recriminando a gobernantes, funcionarios o políticos de turno? Además del show, el tipo de liderazgo que representan y la falta de ideas, estas personas representan  sin duda un tipo de liderazgo con varias características en común.

Se presentan siempre como víctimas, necesitan contar con enemigos para mostrarse perseguidos ante el pueblo y se declaran defensores de los ciudadanos. Su discurso central siempre es una supuesta alteración del “status quo”, utilizan elementos o personajes de la historia nacional, son “patriotas” que dicen aparecer para castigar a los corruptos y sátrapas de nuestra política, confundiéndose incluso con héroes o heroínas.

…algo que llama la atención es el apoyo que logran estas figuras por parte de los grandes medios de prensa, que en ningún momento calificaron de forma negativa sus actuaciones. Esto contrasta con la manera en que los medios muchas veces criminalizan otras movilizaciones, como por ejemplo la campesina del año pasado.

A pesar de que inicialmente llaman la atención, estos tipos de liderazgos  representan un riesgo. Reemplazan la construcción de proyectos políticos colectivos por discursos moralistas, y eso dura lo que la fragilidad humana dura.  Quizás lo que más llama la atención de Paraguayo Cubas y Kattya González es que replican exactamente los modelos que critican: dicen “construir ciudadanía” pero muy al contrario no provienen de organizaciones ciudadanas caracterizadas por la construcción, no solamente vertical, sino también horizontal. No vienen de esa pulsión colectiva saludable y necesaria, por su fuerza y legitimidad, para que se den cambios profundos,  pulsión que realmente es la que acaba llevando a una ruptura cuando el status quo se opone a los cambios.

Esto se pudo ver con  el movimiento estudiantil UNA no te calles en septiembre de 2015. Para que este movimiento adquiera la fuerza necesaria para avanzar, fue necesario el trabajo colectivo y sostenido de cuerpos de docentes y estudiantes, que luego atrajeron a otros grupos ciudadanos de afuera de la universidad, y lograron instalar con innegable legitimidad sus objetivos por fuera de ambiciones individuales (aunque estas siempre existan). Así, con intensas protestas, se logró una importante victoria, que incluyó la renuncia de un Rector acusado de corrupción, iniciativas para modificaciones estatutarias y finalmente cambios en la dirección de la universidad pública.  En contraste con esta forma de construir, Cubas y González no intentan estrategias similares, no construyen lazos sociales con vocación crítica y reivindicativa; es decir, ellos mismos pretenden constituirse en la “crítica y reivindicación” sin construir más allá de sus figuras como centro de atención.

Por otra parte, algo que llama la atención es el apoyo que logran estas figuras por parte de los grandes medios de prensa, que en ningún momento calificaron de forma negativa sus actuaciones. Esto contrasta con la manera en que los medios muchas veces criminalizan otras movilizaciones, como por ejemplo la campesina del año pasado. Esta movilización tenía claras reivindicaciones con relación a cambiar la orientación del Estado con respecto a problemas derivados de la injusta distribución de la tierra y de la soledad del campesinado pobre para salir adelante. Finalmente, lograron que el gobierno les atienda, pero con los medios en contra todo el tiempo.

Es importante recordar que para lograr cambios estructurales y reivindicar causas que beneficien a mayores sectores de la población, no necesitamos líderes mesiánicos y demagógicos sin proyectos colectivos. No necesitamos, definitivamente, el tipo de liderazgo que representan Kattya González y Paraguayo Cubas.

* Foto de portada: ABC Digital.

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