Energía

Itaipú 2023: el gran desafío de los próximos años


Por Guillermo Cabral

En el 2023 será revisado el Anexo C del tratado de Itaipú. Este anexo tiene dos de los puntos claves del tratado de Itaipú: la fijación del precio de la electricidad y la prohibición de la venta a terceros países. La negociación de un nuevo Anexo C puede generar distintos resultados para el país; así, con el peor escenario, los beneficios serían unos US$ 200 millones anuales; y, con escenarios más favorables, estos pueden acercarse a los US$ 3.000 millones anuales en el 2023/2024.

El resultado dependerá, fundamentalmente, del precio de la electricidad y, sobre este punto, es importante entender el aspecto central de la negociación: a Paraguay le conviene un precio alto, a Brasil uno bajo.

Si el precio de la electricidad se hubiese establecido a precios de mercado, Itaipú hubiese obtenido ganancias muy superiores a los US$ 25 millones que hoy obtiene y Paraguay hubiese salido ganando mucho más de lo que hoy lo hace con Itaipú.

Veamos un ejemplo sencillo: Itaipú produce 100, Paraguay consume 11 y Brasil 89. El precio de la electricidad que cubre todos los gastos y no genera ganancias es 22. ¿Qué pasa si se sube el precio a 23? Paraguay (o la ANDE) debe pagar 11 más por el consumo eléctrico, pero como Itaipú pasa de ganar cero a ganar 100 (producción por aumento de precio), Paraguay se lleva 50 de ganancia. Hay una ganancia neta de 50-11=39 para Paraguay. Para Brasil una pérdida neta de 39. El aumento de la electricidad para la ANDE incluso podría ser compensado con los 50 extra que recibe Paraguay para mantener la misma tarifa en el país, pero no es necesario hacerlo (podría, por ejemplo, sustituirse consumo de Itaipú por el de Yacyretá, si esta última tiene una tarifa más baja).

La conveniencia de un precio alto radica en el hecho de que Paraguay posee el 50% de la represa (y por ende de las ganancias) pero consume alrededor del 11% de su producción. Mientras Paraguay no consuma el 50%, siempre será conveniente un precio alto. Para Brasil,  ocurre lo contrario.

Cuando se negoció el Anexo C en 1973, Brasil se salió con la suya. El Anexo C estableció una tarifa que cubre el pago de la deuda, costos administrativos y operativos, pago de royalties a ambos países y una ganancia para ANDE y ELECTROBRAS (los dueños formales de Itaipú) de unos US$ 25 millones anuales en el 2017. Es una tarifa que está muy por debajo del precio de mercado y es casi la más baja posible para cubrir los costos.

Duplicar el precio de la electricidad generaría beneficios netos de unos US$ 2.200 millones anuales para Paraguay. Si se vende a terceros países como Argentina o Uruguay a precios más altos, se podría superar los US$ 3.000 para Paraguay.

Además, se estableció que si un país no consume la electricidad que le corresponde, se cederá la electricidad al otro país a cambio de una compensación (esta compensación es la que se logró triplicar en el gobierno de Lugo y de donde salen los fondos para el FONACIDE). Con ello Brasil bloqueó la venta de electricidad a terceros países, a cambio de la compensación y de ser como un “garante” de que Itaipú sea rentable, ya que asegura la venta total de la electricidad (cosa que hubiese ocurrido de todos modos, porque para Brasil la electricidad de Itaipú siempre fue más barata que la de otras fuentes). Si el precio de la electricidad se hubiese establecido a precios de mercado, Itaipú hubiese obtenido ganancias muy superiores a los US$ 25 millones que hoy obtiene y Paraguay hubiese salido ganando mucho más de lo que hoy lo hace con Itaipú.

El Anexo C establece el 2023 como fecha de revisión, fecha que coincide con la cancelación de la deuda de Itaipú. Los resultados pueden ser varios.

El peor escenario para Paraguay es que se mantengan las mismas condiciones del Anexo C actual. En ese caso, como el pago de unos US$ 2.000 millones anuales en intereses y principal ya termina en el 2023 y que representa alrededor del 60% de la tarifa en los últimos años, la tarifa de la electricidad bajaría en ese mismo porcentaje. La ANDE, que pagó unos US$ 350 millones por energía garantizada en el 2017 (hay otra tarifa para energía no-garantizada, pero no es necesario entenderlo para los fines de este artículo), pasaría a pagar unos US$140 millones, generando beneficios de US$ 210 millones para el país. No habría aumento de ganancia.

En el mejor escenario para Paraguay, Itaipú trabajaría como una empresa privada. Vendería su electricidad a precios de mercado al mejor postor, incluso a terceros países, y se repartirían las ganancias en partes iguales a Paraguay y Brasil. Solamente en Brasil, el precio de largo plazo de la electricidad está poco más del doble del precio actual de Itaipú. Duplicar el precio de la electricidad generaría beneficios netos de unos US$ 2.200 millones anuales para Paraguay. Si se vende a terceros países como Argentina o Uruguay a precios más altos, se podría superar los US$ 3.000 para Paraguay.

El desafío es entonces, ¿cómo encarar la negociación para mayor beneficio para el Paraguay? Es un problema complejo donde Brasil juega con la ventaja de ser el gran comprador de la electricidad ya que Paraguay no tiene la demanda suficiente para extraer el 50% que le corresponde. Es aquí donde Paraguay debería tomar acciones hoyque permitan llegar a la mesa de negociación con más peso. Por ejemplo, empezar a construir una línea de 500 KV entre Itaipú y Yacyreta para, eventualmente, vender la electricidad a Argentina. Es necesario hacerlo cuanto antes por el tiempo que toma. También,  mejorar el resto de la red eléctrica para poder efectivamente usar la mayor cantidad de electricidad. Si no lo hacemos, cualquier amenaza de que Paraguay usará o revenderá la electricidad (cosa que a Brasil no le conviene) en caso de un precio bajo no tendrá fundamento. Por supuesto, existe una serie de acciones adicionales que, como país, deben tomarse en distintos ámbitos para maximizar el resultado de la negociación. Ojalá lo hagamos.

Así, este es el primer desafío del 2023: la negociación del nuevo Anexo C. Luego vendrá el segundo desafío de cómo maximizar los recursos extras generados y hay, desde ya, gente trabajando en ello, como el GISE de la Facultad Politécnica de la UNA y un grupo de investigación de la Universidad de Duke.

Cuanto antes nos preparemos, cuanto más involucrados como sociedad estemos, cuanto más amplio sea el grupo que lleve adelante las negociaciones, mejores serán los resultados. Estamos ante uno de los desafíos más grandes en temas económicos de las últimas décadas y ojalá estemos a la altura de las circunstancias.

 

 

* Fuente foto:  http://married-a-brazilian-support-group.blogspot.com/

 

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