Medio ambiente

La mortandad de peces del Río Paraguay. Urge que el Gobierno investigue todas las posibles causas


Por Ale­jan­dro Bon­zi (*)

A va­rios días de ha­ber­se vi­ra­li­za­do no­ti­cias so­bre la ma­si­va mor­tan­dad de pe­ces en va­rias lo­ca­li­da­des cos­te­ras del río Pa­ra­guay, aún no se tie­nen ex­pli­ca­cio­nes con­cre­tas por par­te del go­bierno so­bre las cau­sas y, so­bre todo, las con­se­cuen­cias de este he­cho. La ciu­da­da­nía mien­tras tan­to si­gue ex­pec­tan­te, se per­ci­be la con­fu­sión a sim­ple vis­ta y sur­gen va­rias es­pe­cu­la­cio­nes.

 

La dis­cu­sión, bá­si­ca­men­te, gira en torno a la po­si­bi­li­dad de que la mor­tan­dad de pe­ces res­pon­da, por un lado, a un fe­nó­meno “na­tu­ral” o, por otro lado, que haya sido pro­vo­ca­da por fac­to­res “ex­ter­nos”. Para ha­blar so­bre este tema me gus­ta­ría se­ña­lar la po­si­ción del go­bierno y, lue­go, le­van­tar otras po­si­bles ex­pli­ca­cio­nes, ya que fal­tan es­tu­dios em­pí­ri­cos y hay que ser muy cau­te­lo­sos en esta si­tua­ción.

An­tes que nada, es muy im­por­tan­te men­cio­nar que éste fe­nó­meno se vie­ne dan­do des­de hace por lo me­nos un año en la cuen­ca alta del Río Pa­ra­guay, des­de la zona del Pan­ta­nal Cha­que­ño para aba­jo. De he­cho, al bus­car da­tos so­bre este tema, asom­bra la can­ti­dad de ve­ces que ha ocu­rri­do en va­rios años an­te­rio­res en dis­tin­tas lo­ca­li­da­des. La di­fe­ren­cia con la mor­tan­dad de pe­ces re­gis­tra­da este año es que la ac­tual es mu­cho más gran­de de­bi­do a la can­ti­dad de  lo­ca­li­da­des en la que se re­gis­tra (des­de Alto Pa­ra­guay has­ta Vi­lle­ta) y por la ma­yor can­ti­dad de pe­ces muer­tos.

El Mi­nis­te­rio de Am­bien­te y Desa­rro­llo Sos­te­ni­ble (MA­DES) vie­ne ar­ti­cu­lan­do es­fuer­zos, con or­ga­ni­za­cio­nes tan­to pú­bli­cas como pri­va­das, para aten­der este he­cho, ya que no cuen­ta con el pre­su­pues­to ne­ce­sa­rio para en­ca­rar los cos­tos de los es­tu­dios ne­ce­sa­rios para com­pren­der el fe­nó­meno. Des­de fi­nes de mar­zo se lo­gra­ron re­co­lec­tar mues­tras de agua, sue­lo y pe­ces en tres dis­tin­tos mu­ni­ci­pios. Si bien los re­sul­ta­dos ofi­cia­les aún si­guen sin ser re­ve­la­dos, el pa­sa­do 8 de abril se con­vo­có a una au­dien­cia en el con­gre­so en la cual se pre­sen­ta­ron re­sul­ta­dos pre­li­mi­na­res de los es­tu­dios.  

En di­cha au­dien­cia el MA­DES ale­gó que lo ocu­rri­do res­pon­de a un fe­nó­meno na­tu­ral, que no fue cau­sa­do por el efec­to de al­gún con­ta­mi­nan­te. La hi­pó­te­sis es que la mor­tan­dad ma­si­va se de­bió a la eu­tro­fi­za­ción del agua. Es de­cir, a la fal­ta de oxí­geno de­bi­do a una gran acu­mu­la­ción de ma­te­ria or­gá­ni­ca en des­com­po­si­ción, re­la­cio­na­da con la gran can­ti­dad de llu­vias de las úl­ti­mas se­ma­nas y los se­di­men­tos arras­tra­dos por las mis­mas. El MA­DES sos­tu­vo que las mues­tras te­nían una alta con­cen­tra­ción de dió­xi­do de car­bono y de amo­nio, lo cual es una se­ñal del de­te­rio­ro de las con­di­cio­nes vi­ta­les para mu­chos pe­ces.

La ne­crop­sia de los pe­ces co­lec­ta­dos res­pal­da la hi­pó­te­sis de la eu­tro­fi­za­ción del agua. Se pu­die­ron ob­ser­var va­rias le­sio­nes que son ca­rac­te­rís­ti­cas en los pe­ces en con­di­cio­nes de in­su­fi­cien­cia de oxí­geno. Por tan­to, las ins­ti­tu­cio­nes re­co­men­da­ron que no se con­su­man los pe­ces en­con­tra­dos en las cos­tas. Ra­ti­fi­ca­ron que el agua es po­ta­ble mien­tras sea tra­ta­da y des­car­ta­ron casi en su to­ta­li­dad la po­si­bi­li­dad de que la mor­tan­dad se pue­da de­ber a otros fac­to­res, es­pe­cial­men­te la con­ta­mi­na­ción por agro­tó­xi­cos.

“Este tipo de fenómenos no pueden ser tomados a la ligera. El gobierno debe investigar exactamente cuáles son los procesos que están incidiendo para que esto ocurra y aplicar medidas de mitigación correspondientes”

Sin em­bar­go, hay que ser cau­te­lo­sos y es so­bre lo que quie­ro lla­mar la aten­ción. No se pue­de des­car­tar la con­ta­mi­na­ción por agro­tó­xi­cos. Es­pe­cia­lis­tas con­si­de­ran de que esto es po­si­ble, más aún te­nien­do en cuen­ta que afluen­tes del Río Pa­ra­guay si­tua­dos en el lado bra­si­le­ro re­gis­tra­ron mor­tan­dad de pe­ces por con­ta­mi­na­ción de agro­tó­xi­cos.

Se­gún el MA­DES es muy poco pro­ba­ble que exis­ta al­gu­na re­la­ción en­tre los agro­tó­xi­cos y la mor­tan­dad de pe­ces ya que el caso en Bra­sil ocu­rrió muy le­jos y lo más pro­ba­ble es que los con­ta­mi­nan­tes se ha­yan di­lui­do en nues­tro lado del río Pa­ra­guay. Es im­por­tan­te te­ner en cuen­ta que el es­tu­dio ofi­cial aún no está fi­na­li­za­do. El aná­li­sis de se­di­men­tos con­lle­va más tiem­po. En la au­dien­cia tam­po­co pre­ci­sa­ron exac­ta­men­te cuán­do es­ta­rían los re­sul­ta­dos fi­na­les y si los mis­mos se­rían di­vul­ga­dos.

Des­de la so­cie­dad ci­vil va­rias ins­ti­tu­cio­nes y es­pe­cia­lis­tas te­men que la ca­pa­ci­dad de res­pues­ta del go­bierno no esté a la al­tu­ra del ri­gor del pro­ble­ma. Tam­bién exis­te preo­cu­pa­ción de que no se es­tán to­man­do en con­si­de­ra­ción otros as­pec­tos que pue­den es­tar in­ci­dien­do en la mor­tan­dad de pe­ces. Por ejem­plo, el go­bierno no con­si­de­ró el po­si­ble efec­to de la de­fo­res­ta­ción. Ésta po­dría ex­pli­car per­fec­ta­men­te la hi­pó­te­sis de la eu­tro­fi­za­ción, ya que los ár­bo­les cons­ti­tu­yen ver­da­de­ras ba­rre­ras al flu­jo de la ma­te­ria or­gá­ni­ca que es arras­tra­da por las inun­da­cio­nes.

Este tipo de fe­nó­me­nos no pue­den ser to­ma­dos a la li­ge­ra. El go­bierno debe in­ves­ti­gar exac­ta­men­te cuá­les son los pro­ce­sos que es­tán in­ci­dien­do para que esto ocu­rra y apli­car me­di­das de mi­ti­ga­ción co­rres­pon­dien­tes. Urge ac­tuar de­bi­do a los po­si­bles im­pac­tos am­bien­ta­les y so­cia­les de las co­mu­ni­da­des ri­be­re­ñas que de­pen­den de la pes­ca para su ali­men­ta­ción y de la co­mer­cia­li­za­ción de pes­ca­dos para su eco­no­mía.  

(*) Li­cen­cia­do en Cien­cias con Men­ción en Bio­lo­gía por la Uni­ver­si­dad Na­cio­nal de Asun­ción. Ac­ti­vis­ta so­cio-am­bien­tal al ser­vi­cio de las co­mu­ni­da­des.

Ima­gen de por­ta­da: Gus­ta­vo Se­go­via Pal­ma

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