“Hay que hacer un gran esfuerzo entre la izquierda moderada y la derecha tolerante”. Entrevista a Sebastián Villarejo
Por Marcos Pérez Talia.
El diputado Sebastián Villarejo (Patria Querida, Capital) reflexiona en esta entrevista exclusiva para Terere Cómplice acerca del armado opositor para el 2023, su visión general sobre la política y las líneas ideológicas de Patria Querida. Su partido confirmó recientemente que es el candidato oficial para pugnar por el poder ejecutivo en 2023. En ese sentido, esta entrevista pretende contribuir al debate político nacional trayendo sus principales propuestas y ejes políticos.
¿Cuál es tu visión política desde el arco opositor?
Como opositores, en la pandemia, muchos hemos sentido un desprecio y una rabia superiores a lo normal por la corrupción que se instaló y se evidenció. El sufrimiento del pueblo paraguayo en pandemia fue alto. Acá hubo hambre. Uno ve en qué se gastó Pytyvõ y es en consumo de alimentos y no en otra cosa. Y eso es muy duro. Entonces, al ver la forma en que el gobierno actuaba se generó una indignación colectiva mucho más fuerte. Nuestro desafío es que de la indignación no solo nazca protesta, sino también una propuesta, compromiso y acción.
Veo que la oposición tiene el gran desafío de presentarse como una alternativa de poder. No puede, solamente, plantear una promesa en el 2023 y que en estos dos años cualquiera haga lo que quiera. Porque, o sino, le estamos mintiendo de frente a la ciudadanía. Vos no podés decir que estás en contra de la corrupción y querés mejorar la gestión pública pero después no tenés votos suficientes para interpelar a ciertos ministros. O que la misma oposición le salve. No tiene lógica que digas que querés transformar el país y que luego tomes decisiones populistas, prebendarias o clientelistas.
Tampoco tiene sentido que queramos gobernar el país y que la oposición, teniendo mayoría en el Senado, no pueda encontrar una forma de elegir las personas más idóneas para dos ministros de la Corte, dos miembros del TSJE, el Fiscal General del Estado y el Contralor, que se van a elegir en este periodo. La oposición para ser una alternativa de poder debe demostrar que tiene la altura para hacer lo mejor posible y elegir a las mejores personas en estos cargos.
Es como alguien que se pasó siendo infiel en el noviazgo y quiere plantear que porque un día dice que sí va a ser fiel. La oposición no puede hacer cualquier cosa en estos tres años y decir porque un día gana una elección va a ser totalmente distinta. Nuestra trayectoria tiene que demostrar quiénes somos y ahí vamos a saber con quiénes podemos construir una opción.
La oposición es un espacio muy heterogéneo. ¿Cómo pensás la articulación opositora?
Para mi hay dos líneas de elementos. La primera es sustancial y si queremos gobernar debemos tener dos ejes: eficiencia y honestidad. Hay cosas en Paraguay que no son ideológicas, que depende de que se hagan bien las cosas y se deje de robar. Parece tan simple pero es brutal. Buscar la honestidad, luchar contra la corrupción y promover la eficiencia en la gestión. La ciudadanía quiere resultados.
En una segunda línea, hay que hacer un gran esfuerzo entre la izquierda moderada y la derecha tolerante. Es una gama donde uno tiene que encontrar la posibilidad, ni siquiera de hacer un programa, pero como mínimo de construir una agenda en común. Decir que en estas cosas coincidimos y las vamos a implementar. Y a partir de esa agenda, se puede construir una coalición. Ahí descubriremos si se puede construir una coalición.
La gente ya no come vidrio, no le podemos mentir y juntarnos solo para elecciones. Lo que ocurrió en 2008-13 que tuvo todos los condimentos que ya sabemos que van desde la gestión de gobierno hasta el juicio político y también sabemos lo que pasó en Asunción con Mario Ferreiro.
Cuando hablás de “izquierda moderada y derecha tolerante”, ¿ves posible un espacio opositor que incluya al Frente Guasú junto a Fidel Zavala, por ejemplo?
Reconozco que tenemos profundas diferencias en el modelo de país que proponemos el Frente Guasú y Patria Querida. Y eso lo dejo en claro. Pero también creo que, si amamos al Paraguay, es nuestra obligación sentarnos por lo menos alguna vez y ver si encontramos algunas coincidencias entre las mil diferencias que existen. El Paraguay se merece. Si no las encontramos, no hay que mentirle a la gente. Pero no podemos rehuir a la obligación ética de que nuestro Paraguay necesita que los líderes se escuchen, dialoguen y vean si hay coincidencias sobre las cuales trabajar. La política es el arte del diálogo y del consenso.
Quizás se pueda armar una concertación y es la ciudadanía la que elige el modelo, pero por lo menos se genera un escenario previo, como unas primarias. Se puede armar una concertación donde se presenten las coaliciones y luego, a padrón abierto, que sea la ciudadanía la que elija quién debería ser el representante de la oposición. Me parece un camino interesante para analizar.
¿Es posible pensar en un PQ más conservador (en el Senado) y más aperturista (en Diputados)?
Patria Querida es un partido unido. Tenemos una conducción ejecutiva y trabajamos unidas ambas bancadas. Y somos un equipo. Ahora, la unidad no es unanimidad. Se trata de tener disciplina democrática e ir construyendo como equipo. Por más de que pueda haber percepciones de que PQ es un partido chico, estamos creciendo. Hay una conducción, nos juntamos, tenemos dirigentes. Y en la medida que uno crece, siempre va a haber miradas diferentes, posiciones distintas, y es sano que haya eso en un partido. Nosotros ya no creemos en lo que se percibía que era PQ en su fundación, con una línea quizás mucho más verticalista. Creemos en un partido que construya posiciones a partir de debates y diálogos dentro del equipo.
Por otro lado, la percepción que se genera contra algunos de los dirigentes del partido tiene que ver con mucha tergiversación. Muchas de las cosas más virales o más agresivas que se generaron van de la mano con una tergiversación, por una evidente confrontación dialéctica y de visiones de país que se genera. Además, porque el Senado es más heterogéneo que la Cámara de Diputados.
Patria Querida hoy está creciendo y tenemos visiones diferentes. En el partido tenemos personas más de derecha como personas más de centro, y me parece absolutamente democrático.
¿Cómo quedó tu candidatura a Asunción? Se escuchan voces de que estarías en otro proyecto
A mí me interesa participar y formar parte de un equipo que llegue al Poder Ejecutivo en Paraguay. Nuestro país necesita urgentemente que llegue al poder gente decidida, con espíritu de patear el tablero y transformar un sistema que está haciendo que la gente esté muy mal. Me encantaría liderar un equipo como ese. Por lo tanto, una candidatura presidencial me interesa y lo veo como algo válido. Pero la clave es el equipo. No creo en los mesianismos ni en los liderazgos individualistas.
Nosotros, como equipo, estamos discutiendo cuál es el desafío al que nos tenemos que enfrentar. Antes de la pandemia el desafío era Asunción, la intendencia de Asunción. Pero no puedo negar que después de la pandemia, de esa indignación y la rabia, de ver como permeó la corrupción, el desafío es otro. Renovar la política paraguaya, presentar nuevos actores que busquen la Presidencia de la República y no quedarnos con los actores de siempre en la oposición. Intentar que una nueva generación quiera entrar a la política a espacios fuertes y válidos.
Hay que entrar como equipo a patear el tablero. Para hacer cambios radicales no hay que dejar al sistema que se defienda. Creo que los cambios graduales, así de corroído como está nuestro sistema público, no van a funcionar. Porque el sistema se organiza y se defiende. La única forma de darle un nuevo sentido a la función pública y al sistema de gobierno es con una radicalidad tremenda.
¿Cuál es tu concepción de la política?
La política como búsqueda del poder debe tener como base a dos grandes pilares: la búsqueda del bien común y la política como servicio. Pero bajemos a tierra y hablemos de cosas concretas.
En cuanto a lo económico diría la frase “tanto mercado como sea posible, pero tanto Estado como sea necesario”. Me considero una persona de centro y creo que el centro existe en un mundo maniqueísta. Nos quieren hacer creer que hay líneas que nos tienen que separar radicalmente y que uno está mucho más lejos de alguien que, en realidad, está cerquita solamente porque cruzó una pequeña línea.
Necesitamos un nuevo estatuto docente que los dignifique, pero al mismo tiempo les exija capacitación, evaluación. Una carrera docente que no dependa del dedazo de nadie.
Una nueva ley del servicio civil, que ya existe un modelo, pero se está retrocediendo y no se hizo ninguna reforma. Una función pública que se homologue más al derecho laboral de cualquier paraguayo. No tiene que haber privilegios.
Tenemos que cambiar nuestro sistema de salud y apuntar al sistema uruguayo. No podemos tener el Ministerio de Salud, IPS y los millones de dólares destinados al seguro médico privado. Hay que hacer una reforma integral de salud.
Tenemos que analizar la situación energética y ver si el monopolio es el único camino. Paraguay es uno de los pocos países en América Latina que sigue teniendo monopolio energético. Creo que la ANDE tiene que ser fortalecida, pero me preguntaría si la comercialización tiene que ser desmonopolizada. Hay ejemplos buenos como en Villarrica y las colonias menonitas del Chaco.
Me preguntaría cómo descentralizar más la educación. Ya tuvimos técnicos como Riart y Lafuente y políticos como Petta, Riera y Víctor Ríos. Y no pasó nada. Estamos peor. En todos los test Paraguay empeora, aunque la inversión sube. No se trata de poner un mega ministro, sino que evidentemente hay algo que no funciona.
Patria Querida hoy está creciendo y tenemos visiones diferentes. En el partido tenemos personas más de derecha como personas más de centro, y me parece absolutamente democrático.
Sobre el campo, una reforma real e integral, con una política pública de cooperativización masiva y una estrategia integral que aporte: tierra, asistencia técnica, créditos, mercado y acompañamiento.
Tiré una amalgama de cosas porque a veces el discurso genérico es fácil de decirlo. Son todos de izquierda o derecha. Pero cuando hay que votar algo concreto es donde se mide qué piensa realmente cada uno. En el discurso es fácil posicionarse en un espectro ideológico pero la pregunta es cómo se vota, qué acción política llevas a cabo.
Imagen de portada: Radio 1000 AM
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