La derecha “tolerante” y la izquierda “moderada”: sobre la fórmula de Patria Querida para una alianza electoral
Por Diego Díaz*.
El diputado patriaqueridista Sebastián Villarejo afirmó recientemente que se necesitaba una “izquierda moderada y una derecha tolerante” para que una alianza electoral entre sectores ideológicamente dispares sea viable. Esta formulación es interesante, ya que propone explícitamente los parámetros de esa articulación, en la que una parte (la izquierda) es la que debe moderarse, para que la otra parte (la derecha, PQ) pueda tolerarle. Así que conviene analizar las posiciones de uno y otro sector para ver de qué se trata esto.
Patria Querida (PQ) es claramente un partido de derecha, hoy el principal referente del país en cuanto a poseer una agenda conservadora claramente expuesta. PQ, por ejemplo, participó en la Cumbre Conservadora de las Américas, junto a referentes regionales de la extrema derecha como Jair Bolsonaro de Brasil, José Antonio Kast, y Álvaro Uribe. En dicha cumbre, los participantes manifestaron su rechazo al socialismo y al Foro de Sao Paulo, se reivindicó el golpe a Salvador Allende por parte de Augusto Pinochet y se criticó a la “ideología de género”.
Otro ejemplo que claramente define a PQ es su posición en temas tributarios. El partido históricamente se opuso al aumento del impuesto al tabaco, bebidas azucaradas y alcohólicas y a la creación de un impuesto a la exportación de soja. En este punto, el PQ no solo no difiere de las posiciones tomadas por la Asociación Nacional Republicana (ANR), a quien dice hacerle oposición, pero ni siquiera propone una solución “intermedia”. Otra posición que está tomando la derecha global, a la que se adhirió PQ, se dio durante el tratamiento de la modificación de la Ley Forestal en el 2018. El senador Fidel Zavala minimizó la contribución de Paraguay al calentamiento global y acusó al Frente Guasú (FG) de populista por decir que la ganadería genera emisión de gases de efecto invernadero. El senador no negó la existencia del calentamiento global como Donald Trump o el ministro de asuntos exteriores de Jair Bolsonaro, Ernesto Araújo, pero omitió que Paraguay fuera el segundo país más deforestado de Sudamérica.
En varias oportunidades Zavala sorprendió con el estilo de la extrema derecha en distintos países, como caer en la descalificación de aquellas organizaciones que generan conocimiento (pero con el que no está de acuerdo, evidentemente). En la plataforma Twitter, Zavala hizo pública su disconformidad con el trabajo de lugares con vasta trayectoria en la investigación y la academia. Por nombrar, manifestó que centros de investigaciones que suelen proponer cambios en el modelo productivo y tributario paraguayo como Base-IS y Cadep realizan estudios sesgados, que no sirven para nada más que para propaganda. La sugerencia de que Cadep juega con la “izquierda”, dentro de todo, parece desacertada, siendo que su propio director, Fernando Masi, considera abiertamente que es necesario que Paraguay abandone el precapitalismo y establezca un verdadero capitalismo. Zavala también recoge el clásico discurso simplista cuando se trata de movimientos sociales. A finales del año pasado, fue uno de los senadores de PQ que catalogó de extorsionadores a los campesinos que llevaron a cabo manifestaciones solicitando US$ 30 millones para la reactivación de la agricultura familiar campesina. Estas acusaciones contra movimientos que reivindican la reforma agraria las hizo, además, a pesar de las acusaciones de que su familia se benefició irregularmente de tierras públicas.
Ahora veamos qué plantea la izquierda parlamentaria que PPQ a veces acusa de extremista. En general, la izquierda con representación en el congreso no se ha caracterizado por proponer proyectos tan radicales, al menos en el periodo legislativo actual, lo que no quiere decir que no hayan planteado medidas interesantes. Algunas propuestas del FG, el PDP y algunos liberales progresistas fue gravar 1% a las riquezas que acumulan un patrimonio superior a los US$ 10 millones para financiar los gastos para hacer frente a la pandemia. En otras cuestiones tributarias buscaron aumentar el Impuesto Selectivo al Consumo de tabaco a 40%, bebidas alcohólicas a 23%, bebidas azucaradas a 23% y gravar la exportación de soja al 5%. Aparte, el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina es un aspecto central, al menos para el FG, así como la distribución de tierras y condonación de deudas a campesinos, si las circunstancias para los pequeños agricultores son adversas.
En líneas generales, estas posiciones de la izquierda parlamentaria paraguaya son moderadas en comparación con las otras izquierdas de Latinoamérica. No obstante, el partido de Sebastián Villarejo suele tachar al FG y al PDP de socialistas radicales. Esto sorprende, teniendo en cuenta de que el propio Villarejo parece tener algunas simpatías con la izquierda uruguaya, a tal punto de haber parafraseado en un momento al izquierdista y exguerrillero José “Pepe” Mujica. Sin embargo, el partido de Mujica, bajo el mandato del recién fallecido Tabaré Vázquez, es conocido mundialmente por sus medidas radicales antitabaco. Tan radicales fueron las decisiones de Vázquez que al subir el impuesto al consumo de tabaco tuvieron que confrontar con Phillip Morris y fueron a disputar un arbitraje internacional.
Patria Querida (PQ) es claramente un partido de derecha, hoy el principal referente del país en cuanto a poseer una agenda conservadora claramente expuesta. PQ, por ejemplo, participó en la Cumbre Conservadora de las Américas, junto a referentes regionales de la extrema derecha como Jair Bolsonaro de Brasil, José Antonio Kast, y Álvaro Uribe.
Una alianza entre PPQ y la izquierda paraguaya difícilmente será posible, vistas las diferencias de visiones que poseen. Además, al plantear que se necesita “una izquierda moderada” y una derecha que “tolere” para formar una alianza, lo que propone Villarejo parece ser que el PDP o el FG renuncien a sus reivindicaciones a cambio de que PQ les considere interlocutores. Esto a pesar de que, vistas las posiciones de uno y otro, PQ parece estar más lejos del centro político que la izquierda parlamentaria. Queda por verse si la izquierda también requeriría una moderación a PQ en sus posiciones de derecha, para ver si pudiera tolerarlas.
* Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Periodista de InfoNegocios.
** Imagen de portada: Yuki Yshizuka
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