Economía

Máva piko la opitaitereía ñande retãme


Por Rodrigo Ibarrola

Hace poco más de un año, el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP), el mejor think tank del país, 17° a nivel regional y 68° a nivel mundial (en política económica internacional), puso en el tapete el exceso de producción de cigarrillos del complejo tabacalero nacional. El estudio provocó encendidas controversias sobre el manejo de la industria y enérgicas réplicas del gremio empresarial y sus medios de prensa asociados.

El estudio del CADEP utilizó metodologías validadas internacionalmente para la estimación de la producción local y el consumo (con asistencia de la Universidad de Illinois, Chicago). En puridad, el reporte, únicamente, reconfirmó lo que ya otros informes habían encontrado en la producción tabacalera: un exceso de producción que no se condice con el consumo nacional, lo que alimenta la sospecha sobre el destino final del grueso de la producción local.

Para estimar la producción tabacalera, el CADEP usufrutuó la información disponible sobre materias primas empleadas en el proceso productivo: en el método 1, se vio la importación de filamentos de celulosa para elaboración de filtros (Banco Central del Paraguay, BCP), técnica aplicada en un estudio previo en 2018, y, en el método 2, la producción local e importación de tabaco no procesado (datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería y el BCP), técnica llevada a cabo también en 2018, por otro estudio. Los resultados de estos cálculos —siempre estimativos— se acercaron bastante a la producción admitida por el propio representante de la Unión Tabacalera del Paraguay (UTP), José Ortiz Escauriza.

Gráfico 1. Producción estimada (método 1 y 2), producción de la industria. En millones de cajetillas de 20 cigarrillos

Fuente: Elaboración propia con base en datos de CADEP y la UTP.

Para la determinación de la demanda de cigarrillos, es decir, el consumo local, CADEP integró datos de diversas encuestas, como la Encuesta Integrada de Hogares (EIH) de los años 1997/1998 y 2000/2001 y la Encuesta de Ingresos y Gastos y de Condiciones de Vida (EIGyCV) 2011-2012, de la otrora Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC). Además, se tomó información de la Encuesta Global de Consumo de Tabaco en Jóvenes (EGTJ) de los años 2003, 2008, 2014 y 2019, componente del Sistema Mundial de Vigilancia del Tabaco, apoyado por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). También se tomó en cuenta la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles (ENFR) de 2011, elaborada por el MSPBS, según la cual, la prevalencia del consumo individual fue del 14,6% de la población mayor a 15 años. La estimación del consumo interno total se expone en la siguiente gráfica.

Gráfico 2. Consumo interno estimado. En millones de cajetillas de 20 cigarrillos

Fuente: Elaboración propia con datos de CADEP.

La controversia respecto al estudio del CADEP surgió a partir de la estimación de la producción declarada ante la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), que fue calculada a partir del precio de venta promedio del mercado, lo que arrojó un volumen de ventas menor a la producción estimada. Es decir, se consideró como un indicio de la existencia de una evasión impositiva por parte del complejo tabacalero. Dado que la liquidación del impuesto es realizada a partir del precio de venta en fábrica —siempre menor al precio de venta al consumidor final—, la estimación de ventas declarada quedó subestimada. Consecuentemente, este error provocó que los tabacaleros entablaran una demanda civil al CADEP, que, posteriormente, terminó retractándose en ese punto, y publicando una nueva versión del documento obviando ese capítulo. Más allá de la situación mencionada, los demás datos expuestos siguen siendo absolutamente válidos.

La cuestión es que es imposible determinar —a ciencia cierta— los precios de venta en fábrica sin una verificación in situ de la documentación. Los precios de venta en fábrica son informados a la SET únicamente a través de una declaración jurada mensual. Además, el sistema Hechauka de la SET, el cual capta las facturas emitidas por las empresas, no registra los conceptos de las ventas declaradas de la facturación.

A pesar de ello, hemos ensayado un método para determinar el precio promedio de fábrica, a partir de los datos agregados anuales de producción contenidos en el Formulario 160, obtenidos de la SET a través del portal de Información Pública. Con base en ello, se ha determinado que el precio de venta en fábrica radica en ₲749 por cada cajetilla para el 2019 (Tabla 1). Aclarando que este valor es —apenas— un promedio de datos agregados, ciertamente, no exacto, pero bastante aproximado.

Tabla 1. Ventas declaradas, precio de fábrica y precio de mercado

Fuente: Elaboración propia con datos de la SET, UTP, The Economist Intelligence Unit.

Por otro lado, revisando los datos del Sistema Sofía de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), se ha determinado que la cantidad de cajetillas de cigarrillos exportados por el complejo tabacalero ha disminuido en un 59% desde 2012, ubicándose en torno a los 152 millones de cajetillas (Gráfico 3). Un dato a destacar es que, en los registros de la DNA, no se registran exportaciones al Brasil dentro del periodo expuesto. Sin embargo, es el sitio más usual de incautaciones de cigarrillos, amén de que también se suceden decomisos en Argentina, Uruguay, Chile, Perú y Colombia.

Gráfico 3. Exportaciones registradas. En millones de cajetillas de 20 cigarrillos

Fuente: Elaboración propia con datos de la DNA.

De los datos obtenidos de producción y exportación, y bajo el supuesto de que el consumo interno está dado por la demanda estimada, se puede concluir que existe una brecha de alrededor de 2501 millones de cajetillas de exceso. Es decir, la diferencia entre producción estimada menos lo que se consume localmente (de acuerdo a la prevalencia del tabaquismo) y lo que se exporta, dejó ese número (2501 millones de cajetillas) cuyo destino o uso, en términos reales, se desconoce.

Gráfico 4. Brecha existente entre producción y consumo interno más exportación. En millones de cajetillas de 20 cigarrillos.

Fuente: Elaboración propia con datos de la SET, UTP y DNA.

El estudio del CADEP utilizó metodologías validadas internacionalmente para la estimación de la producción local y el consumo (con asistencia de la Universidad de Illinois, Chicago). En puridad, el reporte, únicamente, reconfirmó lo que ya otros informes habían encontrado en la producción tabacalera: un exceso de producción que no se condice con el consumo nacional, lo que alimenta la sospecha sobre el destino final del grueso de la producción local.

Asumiendo la prevalencia del consumo de 14,6%, tendríamos un total de 738.889 fumadores mayores de 15 años en 2019, quienes deberían haber consumido, en promedio, 9 cajetillas diarias cada uno ese año. Un absurdo.

Por lo que, bien cabe preguntarse —como el ex Ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio— ¿Máva piko la opitaitereía ñande retãme?

Imagen de portada: ABC Color.

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