Por Marcos Pérez Talia.
El pasado sábado 15 de abril, los jóvenes de la Concertación recibieron al expresidente uruguayo Pepe Mujica en un multitudinario acto. Lejos de ser una mera charla motivacional a la juventud fue, en realidad, un decálogo político sustentado en argumentos históricos, teóricos y empíricos. El objetivo de este artículo es recuperar un par de ellos a la luz de la proximidad de las elecciones generales de Paraguay.
El próximo domingo 30 de abril, la democracia paraguaya va a celebrar las octavas elecciones generales luego de la caída de la longeva dictadura stronista (1954-89). De las siete elecciones presidenciales anteriores, el Partido Colorado (que ya había sostenido la dictadura treinta y cinco años) triunfó en seis, con lo cual sumó treinta años más de gobierno, ora en tiempos democráticos. Esa es una pequeña muestra de la resiliencia del coloradismo, criticable por supuesto desde múltiples frentes, pero poderosamente eficaz para permanecer en el poder.
Con esos antecedentes, parece una obviedad que la oposición paraguaya tiene que unirse para triunfar frente al Partido Colorado. Empero, tal unidad opositora no siempre se materializó. La oposición paraguaya o, mejor dicho, las oposiciones, son grupos heterogéneos y diferenciados no solo por ideología sino también por estrategia y praxis. Como señalamos en otro artículo, en algunas elecciones se presentaron separadas (1989, 1993 y 2003), en otras parcialmente unidas (2008 y 2013) y en otras muy unidas (1998 y 2018).
La unión a pesar de las diferencias, en definitiva, es más poderosa que la división so pretexto de la puridad ideológica. Exponiendo su propia historia, expresó Mujica que “vengo de la izquierda tradicional que tenía 80 años, pero no jodía a nadie, era un mero testimonio. Hasta la derecha le trataba bien, le ponía un poco de folclore al asunto”.
Al margen del triunfo opositor del 2008 que tiene especificidades propias (como el liderazgo de Lugo, la pujante estructura liberal y el fenómeno Lino Oviedo que capitalizó la división colorada) los dos mejores resultados de la oposición en términos porcentuales se dieron en un ambiente de amplia convergencia: en 1998 y 2018, con 42.6 y 42.7 puntos porcentuales respectivamente. La siguiente tabla ilustra los datos estadísticos.
Tabla I. Principales resultados de las siete elecciones presidenciales (1989-2018).
Presidencia | 1989 | 1993 | 1998 | 2003 | 2008 | 2013 | 2018 |
Partido Colorado | 74.3% | 39.9% | 53.8% | 37.1% | 30.6% | 45.8% | 46.4% |
Partido Liberal (en alianza 1998, 2008, 2013 y 2018) | 20% | 32.1% | 42.6% | 23.9% | 40.9% | 36.9% | 42.7% |
Encuentro Nacional | 23.1% | 0.5% | |||||
Patria Querida | 21.2% | 2.3% | 1.1% | ||||
UNACE | 13.4% | 21.9% | 0.8% | ||||
Frente Guasú | 3.3% | ||||||
Avanza País | 5.8% |
Fuente: elaboración propia a partir de datos del TSJE
Para estas elecciones del 2023, la figura jurídica que (gran parte) de la oposición decidió utilizar es la Concertación. Es un variopinto espacio de convergencia que agrupa a fuerzas amplias y disímiles como una parte importante del Frente Guasú, Patria Querida, Encuentro Nacional, Hagamos, la Federación Nacional Campesina, el Partido Democrático Progresista, el febrerismo, Yo Creo de Alto Paraná y, por supuesto, el histórico Partido Liberal, entre tantos movimientos y partidos más. Esta unidad no sólo es importante por una mera suma aritmética de partidos y movimientos, sino también por la emergencia de nuevos liderazgos que pueden atraer la simpatía de distintos segmentos de la sociedad. Tal es el caso de Soledad Núñez, Sebastián Villarejo, Miguel Prieto o Johanna Ortega; que vienen a reforzar el liderazgo consolidado de Efraín Alegre, Kattya González, Esperanza Martínez, etc.
¿Es un riesgo tanta heterogeneidad de ideas, trayectorias y mundos de pertenencias? El sábado pasado señalaba Pepe Mujica que “cuando hay que cambiar, lo más importante es el objetivo. Los pueblos se juntan o sucumben. Cuando no tienen capacidad de juntarse para encontrar un destino mejor están condenados”.
“Cuando hay que cambiar, hay que juntarse” parece ser un adagio tan seductor como enrevesado. Pero, en verdad, ¿hay espíritu de cambio en el electorado? La única encuesta que parece eficaz por sus antecedentes en la región es la que publicó recientemente Atlas Intel. Siguiendo sus datos, vemos que, efectivamente, hay una fuerte voluntad de cambio en Paraguay.
Gráfico I. Respuesta sobre preferencias del electorado, encuesta Atlas Intel
Fuente: Encuesta Atlas Intel, abril de 2023
Si juntarse en aras del cambio es el primer mandamiento, hay otro igual de crucial según Mujica: una vez juntos… tolerarse en las diferencias. Señalaba el expresidente que: “hay que aprender a tolerarse y combinar cosas que son distintas, porque ni somos perfectos ni el mundo es perfecto… Hay que mantener la diversidad porque la sociedad es diversa. Todas las contradicciones de la sociedad se van a reflejar en criterios y puntos de vista políticos distintos”.
A diferencia del Frente Amplio uruguayo al que pertenece Mujica, que congrega a múltiples partidos y movimientos progresistas y de centroizquierda, la Concertación paraguaya es bastante más diversa. En un mismo espacio político confluyen, por ejemplo, la Federación Nacional Campesina y Patria Querida. Es por ello que aquí, en contraposición al Frente Amplio de Uruguay, es doblemente fundamental la exhortación a la “tolerancia” como respuesta a la “diversidad” que caracteriza a la sociedad en general, y la Concertación en especial.
A modo de ejemplo, los resultados de las elecciones del 2013 mostraron cómo la política electoral penaliza con ferocidad las crisis y quiebres de la coalición. La ruptura de la Alianza Patriótica para el Cambio en 2012, luego del juicio político a Lugo, fue clave para la vuelta del coloradismo al gobierno, tal como se observa en la siguiente tabla.
Tabla II. Principales resultados de las presidenciales de 2013
Candidato | Partido | Votos | Porcentaje |
Horacio Cartes | ANR | 1.104.169 | 45.83% |
Efraín Alegre | Alianza Paraguay Alegre | 889.451 | 36.92% |
Mario Ferreiro | Avanza País | 141.716 | 5.88% |
Anibal Carrillo | Frente Guasu | 79.573 | 3.30% |
Miguel Carrizosa | Patria Querida | 27.026 | 1.12% |
Fuente: elaboración propia a partir de datos del TSJE. Acceso en línea: https://tsje.gov.py/e2013/resultados-elecciones-2013.html
La suma de votos que recibieron los candidatos de los partidos que conformaron la APC, como Efraín Alegre (889.451), Mario Ferreiro (141.716) y Aníbal Carrillo (79.573) era ínfimamente superior a los votos obtenidos por Horacio Cartes (1.104.169), pero superior al fin. Este ejercicio aritmético, aunque no siempre se da en la realidad, igualmente puede servir para marcar un punto analítico. Si las fuerzas que compusieron la APC iban juntas, podrían haber sumado 1.110.740 votos y derrotar a los 1.104.169 votos del Partido Colorado. Eso muestra que la ruptura de la APC fue un negocio ruinoso para la oposición paraguaya que gobernó entre 2008 y 2013. Mantener al «equipo unido» hubiera sido una garantía de éxito a pesar del poderío económico de Cartes y del, por decir, «buen perfil» que mostraba el tabacalero por aquellos tiempos.
En otra parte del discurso, Pepe Mujica volvió a insistir con que “este camino que han iniciado ustedes es el que construye esperanza, y no el otro que es estar atomizado, cada cual en su rancho creyéndose el ombligo del mundo. Se los dice un viejo que fue sectario de joven, como cualquier joven que creemos que con cuatro verdades reveladas cambiamos el mundo”.
La unión a pesar de las diferencias, en definitiva, es más poderosa que la división so pretexto de la puridad ideológica. Exponiendo su propia historia, expresó Mujica que “vengo de la izquierda tradicional que tenía 80 años, pero no jodía a nadie, era un mero testimonio. Hasta la derecha le trataba bien, le ponía un poco de folclore al asunto”.
En tiempos donde se ansían cambios, los meros testimonios no construyen alternativas, sino que impiden la concreción de sueños colectivos. Sólo la convergencia, la unidad y la tolerancia, con todas sus contradicciones, es el camino posible. Lo dijo un viejo sabio que algo entiende de política.
Imagen de portada: Redes sociales de Efraín Alegre