1 Año de Gestión de Santiago Peña

Encrucijada de la oposición a un año del gobierno de Santiago Peña


Por Marcos Pérez Talia

Como tantas veces en la historia política paraguaya, la oposición se encuentra en una encrucijada. Es decir, un lugar complejo donde se entrecruzan varias alternativas, en la que no se sabe muy bien qué conducta seguir. El futuro parece complicado o, al menos, el optimismo no aflora en modo diáfano. Sin embargo, en este artículo quiero desafiar las visiones pesimistas mostrando que, aunque las nubes negras se ciernen sobre las posibilidades de la oposición, el porvenir no es, ni mucho menos, sombrío e irreversible.

Las miradas pesimistas orbitan principalmente en dos argumentos. El primero es el avance imparable del poder hegemónico cartista, que ocupa con éxito cada rincón del espacio político sin encontrar una resistencia significativa. Dentro del partido Colorado, el cartismo sigue operando sin enfrentar una disidencia debidamente organizada, y en la oposición el panorama es, si cabe, aún más desolador. En el Parlamento, Cruzada Nacional prácticamente se desintegró; Patria Querida y el Encuentro Nacional (por distintas razones) perdieron a sus únicos senadores; y el PLRA como organización apenas muestra signos vitales. Y fuera de la arena institucional no asoma aún ningún liderazgo capaz de conducir tanta tropa dispersa.

El segundo argumento es que el cambio en las reglas del juego en 2019 (el desbloqueo de listas), junto con la limitada capacidad financiera de la oposición, podría fortalecer aún más a la ANR. El próximo gran desafío electoral constituye las elecciones municipales de 2026, en las que el coloradismo competirá por los cargos subnacionales con su fórmula de siempre: control absoluto de las instituciones y una inmensa financiación pública y privada, en un contexto de elecciones con listas desbloqueadas (cuyos efectos ya hemos debatido en otros lugares). Esta combinación se perfila como un cóctel explosivo para quienes están fuera del coloradismo.

Sin embargo, hay otros argumentos, de corte más optimista, que sugieren que el 2028 podría, contra todo pronóstico, convertirse en un escenario de confrontación competitiva frente a la ANR (aunque debo confesar mi escepticismo en cuanto a las municipales de 2026).

En primer lugar, la oposición parece estar experimentando una especie de depuración, o si queremos ser más audaces, una purificación. ¿De qué manera? Varios parlamentarios que inicialmente fueron elegidos por partidos opositores han decidido incorporarse oficialmente a la ANR. Ejemplos notables son Orlando Penner de Patria Querida, Patrick Kemper de Hagamos y varios miembros de Cruzada Nacional. Además, algunos parlamentarios liberales, aunque aún no se han afiliado a la ANR, ya se han aliado con el oficialismo y han sido expulsados del PLRA.

A primera vista, esto podría parecer un problema grave, ya que la oposición está perdiendo musculatura en el Parlamento, lo que fortalece aún más la amplia mayoría colorada. Aunque esto último es un asunto preocupante, lo primero (el transfuguismo opositor) lejos de ser un problema, podría verse como una oportunidad para una limpieza interna. En trabajos anteriores hemos señalado que la política paraguaya no se caracteriza por ser un espacio ordenado de confrontación entre oficialistas y opositores. Más bien, es un ámbito de frecuente “confusión”, donde quienes pierden las elecciones, mediante acuerdos privados y poco transparentes, terminan aliándose con los ganadores. 

Esta dinámica de “confusión” genera problemas para el electorado, especialmente a la hora de decidir su voto, ya que aumenta los costos de información necesarios para distinguir entre oficialistas y opositores auténticos, por un lado, y “dialoguistas” (por usar un término amable) por otro. Hagamos un sencillo ejercicio, suponiendo que el eje de la política paraguaya es coloradismo versus oposición (y no, por ejemplo, derecha versus izquierda), e imaginemos a un ciudadano cualquiera cuyas preferencias se inclinan hacia la “oposición no dialoguista”. ¿Pueden imaginarse la cantidad de información adicional que necesitará buscar si intenta estudiar los perfiles de las listas parlamentarias del PLRA o Cruzada Nacional? Y no hablo de ideologías o trayectorias, sino de algo mucho más básico: si el candidato o candidata de su preferencia se mantendrá en la oposición o terminará aliándose con la ANR. Es casi como jugar a la ruleta.

Si esta desbandada masiva de opositores hacia la ANR contribuye a ordenar y clarificar la política, delimitando de manera más nítida el enfrentamiento entre “colorados versus opositores”, donde los “dialoguistas” se integren de lleno a la ANR (evitando así confundir al electorado), podríamos considerarlo, sin duda, un éxito a largo plazo para la oposición.

El segundo argumento se basa en que las estadísticas evidencian que la oposición paraguaya no fue “borrada” del mapa electoral, a diferencia de lo que sucedió recientemente en El Salvador. Sin embargo, la ausencia de una estrategia coordinada por parte de la oposición en 2023 facilitó, una vez más, un triunfo indiscutible del partido Colorado. Adicionalmente, la ANR ejerce el poder con una habilidad tal que da la impresión de haber logrado el 90% de los votos, aunque los datos reales ofrecen una perspectiva notablemente diferente. 

Como ya analizamos en trabajos anteriores, la fragmentación de la oposición en 2023, con al menos dos grandes fórmulas (Concertación y Payo Cubas), facilitó el triunfo colorado. Es cierto que en política las simples sumas aritméticas no siempre se traducen en victorias, pero también es evidente que, con una oposición altamente dispersa, las posibilidades de derrotar a la ANR son prácticamente nulas. Sin embargo, es crucial seguir insistiendo en este punto, ya que parece que aún no se ha comprendido en toda su magnitud.

Tabla 1. Principales resultados con ruptura y sin ruptura de la Concertación (2023)

Escenario CON ruptura de la Concertación

    Escenario SIN ruptura de Concertación

Partido Votos Porcentaje Partido Votos Porcentaje
ANR 1.292.079 42.70% ANR 1.292.079 42.70%
Concertación 830.842 27.40% Concertación + Cruzada Nacional + Euclides y FG disidente 1.564.699 51.70%
Cruzada Nacional 692.663 22.90%
Euclides Acevedo + FG disidente 41.194 1.36%

Fuente: https://resultados.tsje.gov.py/publicacion/divulgacion.html

Es vital señalar que si la ciudadanía continúa eligiendo mayoritariamente a la “oposición” (como ocurrió en 2023), pero los políticos opositores siguen priorizando sus egos y agendas individuales en lugar de construir una plataforma de convergencia amplia, el coloradismo perdurará por muchas décadas. Además, los propios votantes opositores seguirán siendo engañados por quienes se presentan como opositores, pero cuyas estrategias, en última instancia, sólo benefician a la ANR.

El futuro de la oposición se presenta como una encrucijada compleja. Aunque, se debe preguntar, ¿alguna vez fue sencillo enfrentarse a un adversario de la magnitud de la ANR? Lo que parece seguir siendo una carencia es el cálculo estratégico, una visión integral y convergente de la realidad, y, sobre todo, liderazgos capaces de articular y construir. Aunque estos elementos puedan parecer exigentes, son, irónicamente, los fundamentos mínimos requeridos para el éxito de cualquier organización. 

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