Elecciones

Uruguay en decisión: continuidad o cambio progresista en la segunda vuelta


Por Diego Rojas Llamosas*

El domingo 27 de octubre pasado, Uruguay celebró la primera vuelta de la selecciones presidenciales y parlamentarias, donde se votó al presidente de la República, a los 30 senadores y los 99 diputados de la legislatura, y dos plebiscitos constitucionales. Respecto a la presidencia, ninguno de los candidatos alcanzó la mayoría absoluta de votos emitidos (el 50% más 1 de los votos), por lo que el presidente de la República tendrá que definirse en una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados el día domingo 24 de noviembre de 2024. 

El objetivo de este artículo es explorar el escenario político en Uruguay, poniendo el acento en las presidenciales, donde se enfrentan en segunda vuelta dos modelos de país representados por Álvaro Delgado, del Partido Nacional (dentro de la Coalición Republicana), y Yamandú Orsi, del Frente Amplio. 

Tabla 1. Principales resultados presidenciales de la primera vuelta (27/10/2024)

Fórmula presidencial Partido / coalición Votos Porcentaje
Yamandú Orsi – Carolina Cosse Frente Amplio 1.071.826 43.86 %
Álvaro Delgado – Valeria Ripoll Partido Nacional 655.426 26.82 %
Andrés Ojeda – Robert Silva Partido Colorado 392.592 16.07 %
Gustavo Salle – María Canoniero Identidad Soberana 65.796 2.69 %
Guido Manini Ríos – Lorena Quintana Cabildo Abierto 60.549 2.48 %

Fuente: datos obtenidos de la Corte Electoral

Los contendientes finales Delgado y Orsi se presentan en este tramo final con posturas ideológicas y enfoques contrastantes en torno a la gestión pública, la seguridad y el desarrollo económico. Delgado representa un modelo de estabilidad, continuación del gobierno actual. Lidera el Partido Nacional, que integra la Coalición Republicana, conformada por partidos de corte liberal y conservador, entre los que también destaca el Partido Colorado (rival histórico del Partido Nacional). También están el Cabildo Abierto, el Partido Independiente y el Partido Constitucional Ambientalista. En la primera vuelta electoral, estos partidos fueron por separado, pero con el objetivo común de consolidar fuerzas para enfrentar al Frente Amplio en el balotaje del 24 de noviembre.

Delgado, político experimentado, ganó gran reconocimiento durante su gestión en la pandemia, destacándose por su capacidad para implementar políticas de contención y administrar eficazmente la vacunación. Estos logros, junto con su cercanía a Lacalle Pou, le han otorgado una imagen de control y estabilidad. Sin embargo, ha tenido tropiezos mediáticos, como un reciente comentario hacia su compañera de fórmula, Valeria Ripoll, al referirse a ella como “Bombón”, lo cual generó críticas en un contexto donde la sensibilidad de género es esencial. Aun así, se ha destacado por su experiencia y su compromiso con la estabilidad económica y la inversión privada, pilares que él defiende como motores del desarrollo nacional.

En la otra vereda, Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio y exintendente de Canelones, se presenta por la izquierda como un líder progresista comprometido con la justicia social y el desarrollo inclusivo, con especial atención en las comunidades del interior de Uruguay. Está fuertemente respaldado por José “Pepe” Mujica, con quien comparte afinidad ideológica en el Movimiento de Participación Popular (MPP). Orsi proyecta una imagen de conexión con las bases y de atención a las necesidades rurales. Mujica ha elogiado su capacidad para abordar problemáticas locales y lo describe como un “candidato híbrido” que entiende tanto el área metropolitana como el interior del país, destacando su habilidad para articular las realidades urbanas y rurales de Uruguay, y reforzando su perfil de líder enfocado en un modelo descentralizado.

Las propuestas de Orsi abarcan tanto el ámbito económico como el social, incluyendo apoyo financiero a familias de bajos recursos, la ampliación de escuelas de tiempo completo y un ambicioso plan de viviendas accesibles. Este enfoque busca construir un sistema de protección social sólido para reducir las desigualdades y mejorar el bienestar de los sectores vulnerables. Además, Orsi ha subrayado la importancia de fortalecer los servicios públicos y destinar inversión a ciencia y tecnología. Para muchos, el enfoque de las políticas que propone Orsi podría generar un riesgo para la inversión privada y una posible carga fiscal elevada. Su vinculación con el MPP y su defensa de una postura radical frente a la desigualdad, son indicios de un giro hacia la izquierda radical, aun viniendo de un sector como el Frente Amplio. 

En suma, en estas elecciones se enfrentan un Orsi (Frente Amplio) asociado a una alternativa de cambio estructural, en contraste con la propuesta de continuidad liberal de Delgado (Coalición Republicana).

Ya han aparecido algunas encuestas que sugieren una diferencia de tres puntos a favor de Orsi sobre Delgado. Curiosamente, las furibundas declaraciones de Delgado donde se le ve criticando a Orsi por su extremismo ideológico y su falta de capacidad para hacer acuerdos parecen confirmar los guarismos.

Las elecciones en Uruguay representan un momento crucial en el que los ciudadanos elegirán a su próximo presidente, una decisión que marcará el rumbo futuro del país. El gobierno saliente, del presidente Luis Lacalle Pou, concluye su mandato con niveles de apoyo que superarían el 46%. Comparado con mandatarios anteriores como José Mujica y Tabaré Vázquez, Lacalle Pou cierra su mandato con una popularidad destacada, un dato positivo que es poco común al final de un período presidencial en la región. 

Esta segunda vuelta no solo definirá el rumbo inmediato de Uruguay, sino que también pondrá a prueba la capacidad de la Coalición Republicana y del Frente Amplio para mantener y consolidar alianzas, proyectar liderazgos sólidos y adaptarse a las demandas de un electorado cada vez más exigente y diverso. La decisión final reflejará la preferencia de los ciudadanos por la continuidad o por un cambio progresista, y será clave en la construcción del futuro político, económico y social del país.

*Imagen de portada: elobservador.com.uy

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