Por Celeste Gómez Romero*.
La pandemia del coronavirus ya ha modificado importantes aspectos de nuestra cotidianeidad. Redireccionó un sinnúmero de políticas públicas, sanitarias y económicas, entre las que también se encuentran las electorales. Así, Paraguay se sumó a la treintena de países que han decidido posponer las elecciones generales, presidenciales, parlamentarias, municipales, referendos y segundas vueltas. Frente a este panorama, en el que no se avizora una vacuna contra el virus a corto plazo, se presentan alternativas y desafíos en el campo de la logística electoral sobre los que este artículo quiere reflexionar.
Ante las medidas de distanciamiento social aprobadas por el gobierno, el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) utilizó su atribución de postergar la realización de elecciones por un periodo no mayor de 60 días desde la fecha establecida. Así, el TSJE estableció nuevas fechas para las internas partidarias simultáneas y las elecciones generales de autoridades municipales (Resolución N°12/2020), que pasaron del domingo 12 de julio al 2 de agosto, y del 8 de noviembre al 29 de noviembre, respectivamente. Sin embargo, la cuarentena se ha venido postergando. Ante la enorme incertidumbre sobre la duración de las medidas de distanciamiento, el Congreso inició un debate sobre la posibilidad de posponer los comicios hasta por un año.
El 1 de abril, en sesión extraordinaria, el Senado resolvió postergar las elecciones hasta por un año y extender el mandato de las autoridades a ser electas en 2021, hasta diciembre de 2025. Ahora le corresponde a la Cámara de Diputados refrendar esta decisión.
A nivel internacional, no todos los países suspendieron elecciones. Sea cual sea la decisión en Paraguay, se debe tomar en cuenta que ya existen recomendaciones sobre procesos electorales en este contexto.
La Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES, por sus siglas en inglés), elaboró una Guía de Elecciones con Buenas Prácticas, teniendo en cuenta la cantidad de elecciones a nivel global. La guía propone medidas de cuidado para distintos momentos del ciclo electoral, como la campaña electoral, registro de votantes, entrenamiento de trabajadores y trabajadoras electorales, conteo de votos, entre otros. Las medidas incluyen mecanismos para garantizar el distanciamiento social, la disposición correcta de los locales de votación y las urnas, los elementos de higiene de superficies y útiles electorales. También se recomienda usar el voto remoto (epistolar o electrónico, entre otros) y mecanismos para eximir a trabajadores y trabajadoras de la salud de tareas electorales.
Países como Francia, Alemania, Estados Unidos, Australia y Corea del Sur desarrollaron contiendas electorales bajo las medidas recomendadas. Las experiencias permiten visualizar algunas cuestiones a considerar para el análisis. Primero; en dichas elecciones se registraron altos niveles de ausentismo, excepto en la de Corea del Sur. Segundo; allí donde es posible el voto epistolar, el electorado optó por este mecanismo (lo que no evitó desprolijidades en localidades donde se implementó a gran escala y con poca anticipación). Tercero; la legitimidad de las elecciones fue puesta en dudas por muchos sectores, atendiendo a que muchas personas que deseaban votar optaron por no hacerlo para reducir riesgos de contagio. Finalmente, también cabe preguntarse sobre elecciones cuando muchas personas son privadas de sus derechos de movilidad mediante órdenes de aislamiento.
En América Latina, sin embargo, la tendencia más marcada ha sido la de posponer las elecciones. En Argentina, las elecciones municipales programadas para el mes de marzo fueron pasadas a septiembre, con posibilidades de ser postergadas aún más. Las controvertidas elecciones en Bolivia, que iban a replicarse en el mes de marzo, fueron pospuestas sin fecha definida. Las elecciones locales de Brasil fueron retrasadas también sin fecha preestablecida. El referéndum acordado en Chile para modificar la Constitución, tras las masivas protestas del 2019, fue igualmente postergado, sin fecha tentativa.
Las predicciones respecto al comportamiento del coronavirus indican que podría darse una segunda oleada de contagios que empezaría a finales de octubre de este año. Aún no hay previsiones de contar con una vacuna hasta dentro de un año, lo que lleva a pensar que sería oportuno introducir cambios más permanentes en la logística electoral en Paraguay. Además de las medidas que garanticen la seguridad de las personas a la hora de votar, esta situación podría dar lugar al debate sobre mecanismos que no están contemplados en nuestra Constitución, como el voto epistolar o electrónico.
A nivel internacional, no todos los países suspendieron elecciones. Sea cual sea la decisión en Paraguay, se debe tomar en cuenta que ya existen recomendaciones sobre procesos electorales en este contexto.
En definitiva, la pandemia replanteará cambios en todas nuestras formas de relacionamiento y afectará aspectos de la logística electoral no previstos anteriormente. Por lo tanto, urge reflexionar sobre las condiciones en las que se deberían realizar las elecciones en el futuro, y aprovechar la oportunidad para ir más allá y pensar sobre la calidad misma del sistema político paraguayo. El actual debate sobre salud pública puede ayudarnos a pensar también en la expansión y garantías de nuevos derechos.
*Politóloga por la Universidad Católica de Asunción. Máster en Ciencia Política y Economía Política por la London School of Economics and Political Science.
Ilustración de portada: Roberto Goiriz.
One thought on “Elecciones en tiempos de coronavirus”