Por Fernando Martínez Escobar.
Muchos conocen la famosa convención colorada de 1987 porque dos años más tarde desembocó en el derrocamiento de Alfredo Stroessner Matiauda.
Pero quizás pocos recuerden que el conflicto interno del Partido Colorado data de tres años antes, momento en el que se empezó a perfilar la famosa división entre “tradicionalistas” y “militantes” y aconteció la primera derrota pública de Stroessner en mucho tiempo.
Como cada tres años, la Convención Colorada debía elegir a sus autoridades partidarias para el periodo 1984-1987. Para esto, las 223 seccionales del país enviaron un convencional por cada 1500 afiliados.
La convención se realizó los días 15 y 16 de septiembre de 1984 en el Teatro Municipal de Asunción con 498 convencionales acreditados, y eligió a 35 miembros titulares y 16 suplentes para la Junta de Gobierno de la ANR. Luego, como era el procedimiento usual en ese momento, esta Junta de Gobierno designó al presidente y a los tres vicepresidentes del partido en su primera sesión.
Y entonces: ¿cuál fue el conflicto?
El problema fue la candidatura de Mario Abdo Benítez (padre) a una de las tres vicepresidencias del Partido Colorado. En ese momento, él era secretario privado de la Presidencia, miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado y secretario político de la ANR.
La propuesta para el ascenso de Mario Abdo provino de la resolución número 3 del VI Congreso de la Juventud Universitaria Colorada, realizado en la ciudad de Villarrica del 1 al 5 de agosto de 1984 de cara a la convención de ese año.
Si bien la solicitud de la Juventud Colorada podía tomarse como una expresión de deseo, es decir, que no debía ser cumplida necesariamente, los encuentros juveniles fueron un canal que comunicaba los cambios y continuidades que pretendían Stroessner y el Partido Colorado.
Por ejemplo, el encuentro juvenil de 1976 propuso, dentro del partido, la enmienda del artículo 173 de la Constitución Nacional para permitir la reelección indefinida de Alfredo Stroessner.
Aun así, el sector que empezó a identificarse tímidamente como “tradicionalista” se opuso a la candidatura de Mario Abdo Benítez, y con eso a la misma voluntad de Stroessner y a sus planes de sucesión presidencial.
Los sectores que se opusieron a Mario Abdo Benítez publicaron solicitadas bajo el título “Tradición, autenticidad y militancia en todas las épocas… No sólo a la hora de la mesa puesta”.
Esta publicación, fechada el 10 de agosto, iba en contra de la resolución del VI del Congreso Juvenil y estaba firmada por presidentes de 14 Seccionales Coloradas: Mario Osorio de Ñeemby, Leónidas Páez de Virgili de Carapegua, Gregorio Morel de Villa Elisa.
Además, firmaron esa misma solicitada Agustín González y Oscar González de Luque, Oscar Vaesken de Est. Fassardi, el Dr. Cecilio Osorio de Capiatá, Guillermo Gaona O. de Aregua, Roberto Fernández de Itagua, Eugenio Sanabria Cantero de Nueva Italia, Plinio Vera de Ybytymi, Alcides Martínez de Pirayu, Ignacio Cárdenas de Ita, el Dr. Julio César Fanego de Ybucu´i, Luís A. Becker de Ypacarai.
Un día más tarde, otra solicitada, fechada el 11 de agosto de 1984, con casi el mismo título “En defensa de la tradición, la autenticidad y la militancia en todas las épocas. No sólo en la hora de las mesas puestas” se publicó 13 de agosto de 1984. Esta vez estaba firmada por 21 presidentes de seccionales: Delio Fariña de la Seccional de Villarrica, vicepresidente del VI Congreso de la juventud colorada, el Senador nacional Roque Sarubbi de la seccional de Caazapa, José María Zarza de Mauricio José Troche.
Otros firmantes fueron, Senecio Aguirre del municipio de Borja, Alipio Mancuello de San Salvador, Narciso Bogado de Quiindy, Heriberto Mancuello de la seccional de Maciel, Nicolás Duarte de Yuty, Arsenio Dávalos de la seccional de Fulgencio Yegros, Constantino Toñánez de Acahay. La lista se cerraba con Sinforiano Saturnino Aguilera de Puerto Elsa, Ramón Ochoa Acevedo de Yaguaron, Carmelo Peñeiro de la seccional de Juan de Mena, Antonio Lichi Battilana de San Patricio y Gamaliel Enciso de la seccional de Ypane.
Este fue el principio del fin de “la unidad granítica” del partido y de las reglas que regían la sucesión o permanencia en los cargos partidarios y de gobierno. Porque si bien las reglas formales planteaban un escenario de competencia nacional a través de elecciones, en la práctica esta no existía, todo se reducía a la decisión del Partido Colorado y de las Fuerzas Armadas, las cuales también eran coloradas. Por ello, controlar la cúpula militar, la Junta de Gobierno del Partido y su comisión directiva era asegurarse la presidencia de la república y todos los cargos políticos institucionales del país.
El problema fue la candidatura de Mario Abdo Benítez (padre) a una de las tres vicepresidencias del Partido Colorado. En ese momento, él era secretario privado de la Presidencia, miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado y secretario político de la ANR.
Así que el movimiento tradicionalista en gestación no sólo impidió que Mario Abdo (padre) sea electo en una de las tres vicepresidencias de la ANR, sino que al mismo tiempo encendieron las luces de alarma de la sucesión presidencial. Con esto desafiaron una decisión de Stroessner que iba a tener sus consecuencias tres años más tarde en la Convención de 1987 y que sólo se cerraría, en parte, con la caída del régimen en febrero de 1989.
Fuente de las imágenes: Diario Última Hora del año 1984
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