Sicariato en Paraguay

El sicariato como violencia contemporánea: la mancha que se extiende y mata


Por Jorge Rolón Luna *

¿Es factible sostener que Ecuador y Paraguay, cada uno por su lado y en diferentes grados, a través de eventos correlacionados nos están mostrando en los últimos años su entrada a lo que se denomina la violencia contemporánea? El 29 de abril de este año, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso declaró el estado de excepción en tres provincias asoladas por la violencia del narcotráfico, expresada en una disparada de los homicidios, creciente sicariato y masacres en centros carcelarios. La respuesta del poco imaginativo presidente ecuatoriano ha sido la movilización de 4.000 policías y 5.000 militares en estas provincias –en algunas comunas con toque de queda incluido-, como si nunca le hubiesen contado el fracaso de México en la “guerra contra el narco”. El 10 de mayo, a miles de kilómetros del país, el fiscal paraguayo Marcelo Pecci era asesinado brutalmente. ¿Qué está sucediendo en Ecuador, qué está sucediendo en Paraguay? Si bien esos fenómenos violentos diversos son, a su vez, multicausales, una palabra es clave para empezar a comprender el asunto: cocaína. El game changer.

De un tiempo a esta parte, y paralelamente al cambio de su rol en las redes y rutas internacionales del tráfico de drogas, en Ecuador la violencia se disparó y llegó al extremo de que en 2020 hubo los homicidios aumentaron y el sicariato alcanzó 764 muertes. Es cierto que los números ecuatorianos son bastante superiores a los nuestros, pero el proceso observable en ese país nos podría dar una idea de hacia dónde nos estamos dirigiendo. No es casual que el jefe de aduanas belga Kristian Vanderwaeren haya declarado recientemente que las 90 toneladas de la cocaína decomisadas en 2021 provenían de tres países: Panamá, Ecuador y Paraguay.

El caso paraguayo muestra algunas similitudes con Ecuador: el aumento de los homicidios y, entre éstos, del sicariato. Es pertinente ir un poco atrás para entender mejor proceso: el país llegó a registrar 1372 homicidios en 2002, para luego ir bajando sostenidamente –con leves repuntes en 2008, 2015, 2016 y 2019. En ese periodo de 20 años la tendencia fue a la baja, registrándose descensos en quince años y leves aumentos en cinco (volvió a subir de 481 en 2020 a 525 en 2021). Como se ve, cuatro de estos aumentos se dieron en los últimos siete años, mostrándonos una tendencia clara al aumento de los homicidios, luego de tres lustros de descenso casi ininterrumpido.

El crecimiento desmesurado del sicariato en Paraguay es altamente probable que se relacione con el nuevo rol del país en el esquema internacional del tráfico de drogas, sobre todo, por el protagonismo de la cocaína y su importancia como rubro de los grupos criminales en Paraguay. Esto se refleja en incautaciones inéditas, tanto en Europa como en suelo paraguayo

Si bien en ambos países el negocio de la cocaína no es nuevo, sí ha mutado la importancia y el lugar que ocupa el mismo: Paraguay y Ecuador han dejado de ser países de mero tránsito. Hay evidencia de que son países de almacenamiento, distribución, exportación incluso extracontinental, pero mientras en Ecuador ya se han desmantelado decenas de laboratorios, en Paraguay tal vez se de algún tipo de procesamiento.

En entregas anteriores he analizado la geolocalización de los casos de sicariato comparando los 4 primeros meses de los años 2021 y 2022, lo que permitió ver un despliegue de los casos que notoriamente se extiende por fuera de las zonas de frontera caliente de nuestro país (Amambay, Alto Paraná, Canindeyú, entre otros). La tabla 1 muestra los números de ataques de sicarios y las muertes que han producido en dichos periodos

Tabla 1: Comparativo de ataques de sicarios entre enero y abril (2021/2022) 

Según vemos en la tabla y en los gráficos, entre los meses de enero y abril de los años en comparación, se registra un aumento de nada menos que el 42,3% de ataques de sicariato, un incremento sin duda alguna estremecedor, que se suma a la dispersión geográfica también preocupante. El gráfico abajo ilustra de otra manera las diferencias en el periodo enero-abril de 2021 y 2022.

Gráfico 1: Comparativo de ataques de sicarios enero y abril (2021/2022)

Los datos son contundentes. El sicariato en Paraguay se extiende como una mancha de petróleo y sus números aumentan año tras año, mes tras mes. Veamos ahora las muertes por sicariato en el periodo en estudio.

Tabla 2: Comparativo de muertes ocasionadas por sicarios entre enero y abril (2021/2022)


En los primeros 4 meses del año fueron asesinadas 72 personas por asesinos pagados. El incremento de ataques ha tenido como resultado un 30% más de muertes, un aumento que entendemos va de la mano con las disputas entre grupos narcotraficantes, primordialmente vinculados al tráfico de cocaína, aunque no todos los casos de sicariato estarían ligados al tráfico de drogas. Abajo se muestran las diferencias con un gráfico.

Gráfico 2: Comparación de muertes por sicariato entre enero y abril (2021/2022)

La creciente significación que tienen los casos de sicariato con relación al total de homicidios, también apoya la hipótesis de que el sicariato está vinculado al negocio del narcotráfico. Los datos recopilados muestran lo siguiente: 1) el aumento de los homicidios totales de 2020 a 2021; 2) el aumento absoluto de los casos de sicariato (de 140 a 175 casos); 3) el incremento del número de casos de sicariato en el total de homicidios, pasando de 29% al 33% entre el 2020 y 2021. O sea que, hoy día, una tercera parte de los homicidios en el país son cometidos por asesinos pagados. 

El crecimiento desmesurado del sicariato en Paraguay es altamente probable que se relacione con el nuevo rol del país en el esquema internacional del tráfico de drogas, sobre todo, por el protagonismo de la cocaína y su importancia como rubro de los grupos criminales en Paraguay. Esto se refleja en incautaciones inéditas, tanto en Europa como en suelo paraguayo

Finalmente, es posible afirmar que los homicidios por encargo se han disparado en los últimos años, arrastrando a los homicidios totales que se encontraban a la baja, de manera sostenida, desde hacía veinte años. Las evidencias existentes en cuanto al sicariato y los homicidios en Paraguay sugieren que el aumento del primero (sicariato), se produce producto del papel que tiene la cocaína en la actividad de los grupos, bandas u organizaciones que trafican con cocaína y sus socios estatales, en un negocio que indudablemente ha ampliado espectacularmente sus márgenes de ganancia y sus niveles de violencia.

*Abogado, docente e investigador independiente. Exdirector del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadana del Ministerio del Interior.

Imagen de portada: Semana.com/Juan Carlos Sierra

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