Elecciones 2023

¿El 2023 se parece más al 2003, 2008, 2013 o 2018?


Por Marcos Pérez Talia.

Paraguay va camino a celebrar su octava elección presidencial desde la caída de la dictadura del Gral. Stroessner. De las siete elecciones previas, el Partido Colorado triunfó en seis. Si observamos el derrotero tanto del coloradismo como de la oposición vemos que la dinámica fue cambiante. En algunos casos la ANR se presentó con un cohesionado abrazo republicano, y en otros casos con crisis internas. Lo mismo para la oposición, donde en algunas elecciones hubo una mayor unificación, mientras que, en otras, cierta fragmentación. El objetivo de este artículo es poner el acento en las distintas maneras de articularse tanto el oficialismo como la oposición, a fin poner en sintonía con la coyuntura actual y especular posibles escenarios.

Si exploramos las últimas cuatro elecciones presidenciales podemos observar las distintas dinámicas de cada espacio político. En la siguiente tabla se encuentra un resumen de ello.

Tabla 1. Dinámicas partidarias en las últimas cuatro elecciones presidenciales

ANR

Oposición

Resultado

2003

Sin crisis interna Dividida en dos grandes frentes: PLRA y Patria Querida. El oviedismo, además, se presentó por primera vez por fuera de la ANR

Triunfo de la ANR

2008

Fuerte crisis interna (supuesto fraude a Castiglioni en las primarias) Una parte se agrupó en la APC (Lugo y el PLRA). Además, por fuera de la Alianza se presentaron Patria Querida y Lino Oviedo

Triunfo opositor

2013

Sin crisis interna El PLRA y el progresismo se dividieron en 3 fórmulas

Triunfo ANR

2018

Sin crisis interna Oposición unificada

Triunfo ANR

La ANR resolvió con éxito sus procesos internos para las generales de 2003, 2013 y 2018. En todos los casos, los ganadores y perdedores se fundieron en un abrazo republicano, tradición fundamental en el coloradismo en aras de seguir manteniendo el poder. En cambio, en 2008, las heridas no fueron sanadas a tiempo producto de las sendas denuncias de fraude que presentó Luis Castiglioni, aspirante presidencial derrotado por Blanca Ovelar.

a diferencia del 2003 y 2013, incluso del 2018, la novedad actual es la crisis interna y externa que vive el coloradismo. Por ende, en caso de que los escenarios tengan la capacidad de reproducirse nuevamente, el 2023 se podría parecer más al 2008 (falta de unidad total en la oposición, pero con crisis colorada) que a las otras tres elecciones. Sumado, además, a que existen fórmulas que eventualmente pueden captar votos colorados disidentes como el mismo Euclides Acevedo, ex canciller de Mario Abdo, o incluso Payo Cubas, con capacidad de movilizar votos-bronca.

Por su parte, la oposición compitió frente a la ANR en distintas modalidades. En 2018 fue el escenario de mayor cohesión, donde casi todas las fuerzas apoyaron a la dupla presidencial de Efraín Alegre y Leo Rubín. En aquel entonces, quedaron fuera de la Alianza GANAR el partido Hagamos, Patria Querida y Cruzada Nacional de Payo Cubas, partidos que no presentaron candidaturas presidenciales sino únicamente parlamentarias.

Las elecciones de 2003 y 2013 fueron las de mayor dispersión opositora. En 2003, Yoyito Franco del PLRA y Pedro Fadul de Patria Querida no lograron un acuerdo electoral para enfrentar unidos al candidato colorado Nicanor Duarte Frutos. A la ANR le bastó un magro 37% (el resultado más bajo del coloradismo en la era democrática), gracias a la división de la oposición. Mismo escenario en 2013, donde las tres principales fórmulas (Efraín Alegre, Mario Ferreiro y Aníbal Carrillo) tuvieron en conjunto más votos que Horacio Cartes, quien acabó triunfando producto del quiebre de la exitosa alianza del 2008 tras el juicio político a Lugo.

El único triunfo opositor ocurrió en 2008, donde la oposición no compitió unificada (se presentaron por fuera Pedro Fadul y Lino Oviedo) pero a Lugo y Federico les alcanzó el 40.9% de votos, principalmente gracias a la crisis interna colorada, cuyos votos fueron captados exitosamente por Lino Oviedo. Paradójicamente, es todavía frecuente leer análisis que sugieren que Lugo triunfó con votos colorados. Seguramente habrá captado algunos, pero parte fundamental de su triunfo se debió a la dispersión colorada hacia Lino Oviedo, tras la crisis interna entre Castiglioni y Duarte Frutos.

Tabla 2. Principales resultados de las últimas cuatro elecciones presidenciales

2003

2008 2013

2018

ANR

37% ANR 31% ANR 46% ANR

46%

PLRA

24% Lugo/PLRA 41% Alianza PY Alegre 37% Alianza GANAR

43%

PQ

21% UNACE 22% Avanza País 6%

UNACE

13% PQ 2% Frente Guasú 3%

Patria Querida

1%

Este breve resumen sugiere que la dinámica interna colorada es una variable crucial para entender los resultados presidenciales. Mirando las últimas cuatro elecciones, independientemente a cómo se presentó la oposición (con mayor o menos cohesión), fue la existencia o ausencia de crisis colorada la que explicó su triunfo o derrota. Pero, además, con un condimento extra: la necesidad de que exista una tercera opción -más cercana a la ANR y lejana al PLRA – capaz de atraer esos votos colorados “descontentos”.

Si nos centramos ya en el escenario actual del 2023 podemos observar la existencia de una doble crisis colorada, una interna y otra externa. La crisis interna no tiene los ribetes de la del 2008, aunque las disputas dialécticas entre el presidente Mario Abdo y el cartismo están latentes. Muy ilustrativa fue la frase de Abdo Benítez con la que se refirió a Santiago Peña: “es feo lo que tenemos, pero peor es no tener nada”. Demás está decir que su parafraseo al extinto Blas N. Riquelme le generó una furibunda reacción desde carpas cartistas. En otro momento, el presidente Abdo Benítez llegó a reprochar en público la propuesta de Peña de privatización de la salud. Pero lo más álgido -hasta ahora- se dio cuando el presidente Abdo expresó que “no tenemos que asustarnos de la alternancia”.

En paralelo a esta crisis interna se presenta otro problema para la ANR: las sanciones financieras de Estados Unidos al presidente colorado Horacio Cartes. La situación imposibilitó a la ANR -al menos hasta ahora- a acceder a préstamos para financiar la campaña electoral. La influyente senadora colorada Lilian Samaniego indicó que sugerirá la renuncia de Cartes a la presidencia partidaria dado que “esta crisis… está poniendo en riesgo el gran desafío que tiene el partido el próximo 30 de abril”. La propia Lilian Samaniego le dio entidad a la crisis y, nuevamente, como era de esperarse recibió furibundas respuestas por parte de los referentes cartistas como Bachi Núñez y Calé Galaverna. La propuesta de que Cartes deje la presidencia también fue planteada por otros referentes colorados del equipo de Abdo Benítez como Dani Centurión y Hugo Ramírez.

En el 2008 el coloradismo tuvo una lectura errónea de la coyuntura cuando optaron por exculpar raudamente a Oviedo por la intentona de golpe de Estado de 1996, buscando que compita y así dividir a la oposición. En cambio, luego de la crisis interna del 2007, parte de esos votos “enojados” fueron a parar a la candidatura de Lino Oviedo. A la oposición le bastó mantener su voto histórico (el de 1998, o la suma de la dispersión del 2003 entre PLRA y PQ) para acceder a la presidencia.

Para estas elecciones de 2023 el cartismo busca afanosamente evitar un escenario de polarización -como el del 2018- creyendo que por allí podría pasar la clave para un eventual triunfo. Santiago Peña evitó debatir con Efraín Alegre en un mano a mano, y se argumentó expresamente que buscan “no polarizar la contienda únicamente entre él y el candidato de la Concertación, Efraín Alegre. Señaló que el debate debe incluir y no ‘ningunear’ a los candidatos Euclides Acevedo y Paraguayo “Payo” Cubas…”.

Su estrategia es asemejar las elecciones del 2023 a las del 2003 o 2013, donde la fragmentación de la oferta electoral favoreció a la ANR (cohesionada) y dividió el voto opositor. Pero, como se señaló más arriba, a diferencia del 2003 y 2013, incluso del 2018, la novedad actual es la crisis interna y externa que vive el coloradismo. Por ende, en caso de que los escenarios tengan la capacidad de reproducirse nuevamente, el 2023 se podría parecer más al 2008 (falta de unidad total en la oposición, pero con crisis colorada) que a las otras tres elecciones. Sumado, además, a que existen fórmulas que eventualmente pueden captar votos colorados disidentes como el mismo Euclides Acevedo, ex canciller de Mario Abdo, o incluso Payo Cubas, con capacidad de movilizar votos-bronca.

Falta poco más de un mes para las elecciones y el desenlace electoral se vuelve inminente. Pronto sabremos a cuál de las anteriores elecciones se parecerá más el 2023.

Imagen de portada: Nea Hoy

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