Niñez

En el caso del convenio con la Unión Europea debemos transitar el camino de la responsabilidad política


Por Mauricio Espínola*

La política internacional no es un juego de niños. Cada decisión tomada en este ámbito tiene repercusiones directas no solo en la relación entre los Estados, sino también en el estatus y la imagen de un país en el escenario global. Por eso es fundamental reflexionar sobre la decisión de la Cámara de Diputados de Paraguay (agosto 2023), de ratificarse en el rechazo a la derogación de la Ley 6659/20, un convenio firmado entre Paraguay y la Unión Europea en el 2020. Con esta decisión, el proyecto pasó a la Cámara de Senadores, donde se definirá si se sanciona la ley que deroga el convenio, tras lo cual pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación o veto.

Es fundamental recordar que esta ley fue remitida por el Poder Ejecutivo como un acuerdo internacional. El proceso, en su momento, contó con el aval de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, presidida en aquel entonces por el Diputado de Honor Colorado, Walter Harms. Estos puntos indican que la ley de aprobación del convenio con la Unión Europea no fue tratada como una ley más, cuestión que hoy parece olvidada.

La política internacional requiere prudencia, estrategia y, sobre todo, respeto por los compromisos asumidos. Derogar el convenio con la Unión Europea no solo plantea dudas sobre el manejo jurídico del acuerdo, sino que envía un mensaje equivocado sobre la seriedad y el compromiso de Paraguay en el escenario mundial.

Las interrogantes que surgen ante este panorama son numerosas y profundas. ¿Cómo es posible que un pacto parlamentario pretenda derogar unilateralmente un acuerdo internacional entre dos entidades soberanas? ¿Se está respetando la naturaleza y el carácter de este acuerdo internacional al plantear su revocación desde el Congreso?

Desde mi posición como Diputado del Partido Colorado, comprometido con la salvaguarda de nuestra Constitución y consciente del peso político que recae sobre nuestro partido como fuerza de gobierno, considero que es imperativo respetar los preceptos institucionales. Todo intento de modificar el acuerdo debería hacerse utilizando las cláusulas estipuladas en el propio convenio. El camino de la institucionalidad debe ser el norte.

Al optar por la derogación de este acuerdo, no solo se pone en juego la relación con la Unión Europea, sino que se envía un mensaje preocupante al mundo sobre el respeto de Paraguay hacia los convenios internacionales. Además, se compromete la imagen internacional de nuestra nación y se cuestiona la seriedad con la que operamos en el ámbito diplomático.

Por otro lado, se ha propuesto establecer “adendas” como una forma de modificar el acuerdo, una vez que sea rechazado. Sin embargo, surge una duda legítima: ¿De que “adendas” se habla si se procede a derogar el convenio en cuestión? Estas señales que se están soltando podrían generar aún más confusiones y conflictos.

Necesitamos ampliar esta discusión y dotarla de seriedad. Es crucial que el Ministro de Educación y el Canciller reconozcan la magnitud del problema. No es solo un desafío para sus gestiones, recién iniciadas, sino un potencial obstáculo para el bienestar del pueblo paraguayo.

La política internacional requiere prudencia, estrategia y, sobre todo, respeto por los compromisos asumidos. Derogar el convenio con la Unión Europea no solo plantea dudas sobre el manejo jurídico del acuerdo, sino que envía un mensaje equivocado sobre la seriedad y el compromiso de Paraguay en el escenario mundial.

Como representantes del pueblo, nuestra responsabilidad es actuar con respeto, protegiendo siempre los mejores intereses de nuestra nación. El gobierno de Santiago Peña no debe empezar sus días transmitiendo apuros, poca visión estratégica y un manejo que nos complique en el escenario internacional.

* Diputado Nacional 2023-2028

Imagen de portada: El Trueno

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