Economía

Reformas para una recuperación duradera


Por Humberto A. Colman C*.

El Premio Nobel en Economía Paul Romer decía que “el crecimiento surge de mejores recetas, no solo de más cocina”. Las recetas son el modo de mezclar los ingredientes, de hacer las cosas, lo que puede resultar en producir más o menos con los mismos insumos. 

Las investigaciones, como el trabajo del también Nobel en Economía Robert Solow, han enfatizado el rol fundamental de la productividad -entendida esta como la cualidad de producir más con los mismos recursos- como factor explicativo del crecimiento económico. La productividad depende de factores estructurales como la educación y la inversión física, así como de factores cíclicos, como los precios internacionales.

En el 2020 la pandemia del Coronavirus hará retroceder el ingreso por habitante del Paraguay a su nivel del 2015. Para revertir esta situación se requiere retomar la senda de crecimiento, para lo cual se necesita incrementar la productividad. Para ello, son necesarias reformas educativas que fomenten la movilización del ahorro doméstico. A modo de evidencia, presento un modelo simple para explicar la evolución de la productividad en Paraguay. Como indicador de productividad utilizo la “producción laboral”, lo cual significa productividad por trabajador ocupado. Vamos a ver los factores claves (inversión física, inversión en capital humano y factores cíclicos) que afectan a la productividad y, por tanto, al crecimiento económico. Entre estos factores, veremos cómo el elemento más importante es el capital humano, es decir, la calidad de la mano de obra, la cual está estrechamente relacionada con la educación. 

En primer lugar, analicemos la inversión física o de infraestructura como un factor explicativo importante para la producción (Gráfico 1). Mayor inversión, ya sea en forma de maquinarias o equipos está asociada a una mayor producción por trabajador. El gráfico 1 revela cómo el descenso de la inversión desde mediados de la década del noventa se relaciona con el descenso de la productividad laboral, de la misma manera que muestra que un aumento de la inversión lleva a mayor productividad.

Gráfico 1: Relación positiva entre inversión física y productividad

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Central del Paraguay (BCP) y la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC).

En segundo lugar, veamos cómo los factores cíclicos de la economía influyen en la productividad (Gráfico 2). Para dimensionarlo, utilizo los términos de intercambio de productos en el mercado internacional (se utiliza el precio de la soja dividido por el precio del petróleo). El gráfico 2 muestra la relación entre la variación de los términos de intercambio y la productividad laboral. Se puede apreciar cómo desde mediados de los años noventa el sostenido descenso de los términos de intercambio habría influido en la reducción de la productividad laboral, mientras que la suba de los años 2008-2010 habría impulsado mayor productividad. Se confirma también que en el periodo 2017-2018 hubo un descenso importante de los términos de intercambio del 25,5%, que redujo el crecimiento económico del Paraguay en 2,3%.

Gráfico 2: Mejores términos de intercambio (precios internacionales) elevan el crecimiento

Fuente: Elaboración propia con datos del BCP y la DGEEC.

Si bien la inversión física y los factores cíclicos -como los términos de intercambio- son importantes, el factor estructural más importante es el capital humano (Gráfico 3). La educación es uno de los determinantes del capital humano, lo que la hace un área estratégica de inversión con el fin de subir la productividad laboral. Además, la educación promueve la capacidad innovadora de la economía y facilita la difusión y transmisión del conocimiento. El gráfico 3 muestra cómo un gradual aumento del promedio de los años de estudio de la población ocupada (un indicador del capital humano) está asociado directamente con la productividad laboral. 

Gráfico 3: Más educación aumenta el crecimiento

Fuente: Elaboración propia con datos del BCP y la DGEEC.

Hasta aquí se observaron, de forma aislada, los efectos generales de la inversión física, de factores cíclicos y de la educación en la productividad. Se ha visto que la tendencia positiva en cada uno de los tres factores tiene a su vez un impacto positivo, pero sin determinar cuál de los tres es más importante. Para cuantificar los efectos precisos se ha utilizado un método econométrico de cointegración (para más detalle ver: http://harielcol.blogspot.com/).

Los resultados confirman que lo más relevante a fin de estimular la productividad es, efectivamente, el capital humano. Más precisamente, los resultados indican que: 1) Por cada punto porcentual de aumento de la inversión física por trabajador, la productividad laboral crece en 0,40%; 2) Un incremento igual de los términos de intercambio aumenta en 0,10% la productividad laboral y; 3) Cada punto porcentual de aumento en el capital humano resulta en un aumento de la productividad laboral de 0,44%. 

En esta última parte quiero concluir con unas reflexiones sobre lo que se puede avanzar en estas variables explicativas de la productividad en Paraguay, atendiendo que son fundamentales de ser analizadas en el contexto actual de pandemia y en la necesaria recuperación económica que tendremos que impulsar como país una vez que ésta pase. 

En cuanto a los términos de intercambio, si bien es una variable sobre la cual no tenemos control, puede generar condiciones para tomar otras medidas de alto impacto positivo. A octubre del 2020 se ha registrado una mejora con la suba de los precios de exportación, como el precio de la soja, y la disminución del precio de los bienes importados, como el petróleo. Esta es una situación coyuntural que podría mantenerse durante el siguiente año y podría configurar un escenario propicio para otras reformas, de manera que la recuperación esperada para el 2021 sea duradera.  

Sobre la inversión física, una de las acciones que se puede tomar es la reforma de la seguridad social. Debemos generar un sistema que permita la inversión del ahorro nacional de forma segura y sostenible. Un aumento del 10% en el ahorro lleva generalmente a un aumento del 9% en la inversión física. Por lo tanto, con una reforma del sistema de pensiones, que permita invertir con seguridad el ahorro previsional (que hoy es cercano al 4% del PIB), se podría elevar la inversión en 14%, lo que resultaría en un aumento del producto por trabajador del 6%.

Finalmente, tenemos el capital humano, o la educación. Es necesaria una reforma integral que incorpore mejores incentivos y remuneración a docentes en base a resultados, priorizando la educación inicial. Esto requiere de medidas como la adopción de tecnologías para favorecer la pedagogía y el acompañamiento del aprendizaje de cada alumno, una focalización más eficiente y equitativa de la alimentación escolar, y una mejoría en la infraestructura, entre otras. Una reforma integral que suba un (1) año el promedio de años de estudio por alumno, resultaría en un aumento de la producción por trabajador del 4,7%.

La inversión en capital humano es la más importante y, por tanto, es la reforma que se debe impulsar. Con este tipo de reformas estructurales se aceleraría el crecimiento y desarrollo del país.

* Economista por la Universidad Nacional de Asunción, Postgraduado en Macroeconomía Aplicada por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Profesor de Macroeconomía en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Fue Viceministro de Economía del Ministerio de Hacienda y actualmente es Miembro Titular del Directorio del Banco Central del Paraguay.

Imagen de portada: Técnico electrónica-trabajo-empleos-Paraguay

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