Gestión pública

El problema no es solo de “Nepobabies”: Diputados incurre en el mayor gasto salarial de los últimos 20 años


Por Rodrigo Ibarrola

En un artículo anterior sobre los «nepobabies», habíamos expuesto que ciertamente el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, disminuyó la cantidad de contratados, tal como Latorre mismo señaló. Sin embargo, esa fue una película incompleta, ya que incrementó de sobremanera el número de nombramientos realizados. Además, hubo otra cuestión llamativa. Y es que, adicionalmente al reporte de la disminución en la cantidad de contratados, Latorre informó al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de un remanente de ₲17.339.564.898 (2,3 millones de dólares al cambio actual) en el grupo de gasto 100 (servicios personales), presentándolo como un «ahorro», a la par que solicitaba que esos recursos sean redireccionados «a áreas sensibles de salud, educación y gastos sociales». Sin perjuicio de que esos recursos podrían tener un mejor destino, el dato duro, presentado de esa forma, no nos dice mucho. Entonces, ¿es ese remanente reportado por Latorre, realmente, un caso de ahorro o no?

Vale la pena tener en cuenta que el presupuesto total asignado para la Cámara de Diputados en el 2023, dentro del nivel 100 de Servicios Personales, ascendió a ₲249.301.855.213. Si consideramos el «ahorro», tenemos que lo gastado para el pago de compensaciones salariales a los funcionarios fue de ₲231.962.290.315. Este gasto no solo es mayor a los dos años anteriores, sino que es el mayor registrado en compensación al personal de los últimos 20 años.

Este récord de dos décadas se da tanto en términos nominales (es decir, al número que se reporta en el año), como reales, es decir, descontando la inflación y utilizando como año base de cálculo el 2003. Esto es lo que nos revela la base de datos BOOST del MEF, que afortunadamente registra la ejecución presupuestaria desde 2003.

Gráfico 1. Gasto nominal y real en servicios personales

En millones de guaraníes

Fuente: Elaboración propia con datos de BOOST del MEF y el BCP.

A pesar de haberse registrado un gasto récord, el remanente existente en 2023 también es el mayor que se tiene registro en los últimos veinte años (Gráfico 2). El remanente equivale al 7% del presupuesto asignado en servicios personales.

Gráfico 2. Presupuesto no utilizado, 2003-2023.

En porcentaje sobre asignación presupuestaria total en servicios personales

Fuente: Elaboración propia con datos de BOOST del MEF.

A partir de aquí surge la interrogante de cómo pudo quedar semejante sobrante. La explicación radica en que para el 2023, la Cámara de Diputados recibió un incremento de 19% en su presupuesto con relación al 2022, que fue el mayor aumento presupuestario registrado desde 2012. En el Gráfico 3 puede observarse el comportamiento tanto del aumento del presupuesto disponible (azul) como del gasto anual (celeste). Ambos aumentan de manera similar; es decir, casi se gasta todo aumento otorgado. Se nota, además, como a partir de 2014 —el primer año de gobierno pleno de Horacio Cartes— los aumentos van en descenso. Esta tendencia acabó abruptamente en el 2023, donde el aumento fue tan grande que no pudo ser gastado en su totalidad. De esa disociación entre el gasto y el aumento en el presupuesto asignado nace el «ahorro». Es decir, a pesar de que la Cámara de Diputados está en su pico gasto, fue tanto el aumento del presupuesto en el 2023, que la brecha es lo considerado como ahorro.

Gráfico 3. Variación interanual del presupuesto asignado y la ejecución presupuestaria.

En porcentaje sobre el presupuesto del año anterior

Fuente: Elaboración propia con datos de BOOST del MEF.

Se pueden ensayar varias explicaciones de la situación actual. El aumento presupuestario pudo haber sido porque el 2023 fue un año electoral. Otro factor quizá fue el relajo en el cumplimento de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Pero otro factor tal vez fue la autonomía que fue dándose al Congreso en materia de presupuesto de personal.

Como corolario, el ofrecimiento del diputado Latorre al MEF de los recursos de «libre disponibilidad» no fue más que una mera puesta en escena, ya que para ello se requería trámite parlamentario, y para el 28 de diciembre ambas cámaras del Congreso ya se encontraban en receso.

A partir de 2011, empezó el desmantelamiento de los frenos para la contratación discrecional de personal en el Poder Legislativo. A través de la Ley de Presupuesto, el Congreso quedó exceptuado de obtener la aprobación del Equipo Económico para contrataciones de funcionarios. Luego, en 2019, la excepción excluyó al Legislativo de la órbita de la Secretaría de la Función Pública. En 2021, se exceptuó al Congreso del cumplimiento de la Ley 1626 «De la Función Pública» para las promociones de cargos y, finalmente, de 2022 en adelante, quedaron exceptuados de la Ley 1626 para nombramientos y de la Ley 6622 «Que establece medidas de racionalización del gasto público», que imponía medidas restrictivas con el objetivo a ajustar las cuentas públicas luego de las medidas tomadas durante la pandemia de COVID-19. Vale agregar que esta excepcionalidad vía leyes de presupuesto además incluyó a la Corte Suprema de Justicia y los demás órganos auxiliares de justicia. Es decir, la racionalización no aplica para ellos.

Queda por señalar, entonces, que el remanente reportado por Latorre no es un ahorro. De hecho, no solo que no se ahorra nada, sino que, al contrario, el gasto salarial en Cámara de Diputados alcanzó su nivel máximo desde que tenemos registros, o sea, en los últimos 20 años. Como corolario, el ofrecimiento del diputado Latorre al MEF de los recursos de «libre disponibilidad» no fue más que una mera puesta en escena, ya que para ello se requería trámite parlamentario, y para el 28 de diciembre ambas cámaras del Congreso ya se encontraban en receso.

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